Las intensas sequías o las inundaciones reducen de manera significativa la oferta de forraje en los campos ganaderos. Esta situación se agrava cuando, por problemas económicos, no es posible adquirir reservas (rollos) y/o concentrados (granos o subproductos agroindustriales) que atenúen la escasez de forrajes frescos.
En este trabajo, realizado en INTA Bordenave, se evaluó en vaquillonas Angus de ±265 kg/cabeza el uso de ramas “frescas” de eucaliptus (Eucaliptus viminalis) recién cortadas, en dos campañas 2007/2008: a) verano: 61 días y b) invierno: 62 días.
El ensayo incluyó tres tratamientos. Todas las vaquillonas recibieron una dieta base de concentrados compuesta por 2 kg de grano de maíz y 1 kg de harina de girasol peletizada/vaquillona/día.
En el tratamiento testigo, además de la dieta base, las vaquillonas consumieron en promedio 6,5 kg de rollos/vaquillona/día —centeno en verano y mijo en invierno— “sin ramas de eucaliptus”.
En los otros dos tratamientos, además de la dieta base (grano y pellet), se ofrecieron a voluntad distintas proporciones de ramas y rollos. En promedio, estos tratamientos registraron un consumo de 3 kg de rollos (centeno y mijo) y entre 7 y 13 kg en fresco de ramas de eucaliptus/vaquillona/día (para verano e invierno, respectivamente).
Las ramas de eucaliptus presentaron aproximadamente ±30% de materia seca, ±10% de proteína bruta, ±45% de digestibilidad de la materia seca, ±42% de fibra detergente neutra, ±16% de lignina y ±10% de azúcares solubles.
Además de contener taninos y saponinas, estos compuestos químicos contribuyeron de forma significativa a mejorar las ganancias de peso porque redujeron la producción de metano y dióxido de carbono —dos gases claves que implican grandes pérdidas de energía de los alimentos—, permitiendo que esa energía se destine a la producción de carne.
Las ramas de eucaliptus tuvieron ±30% de materia seca, ±10% de proteína bruta, ±45% de digestibilidad de la materia seca, ±42% de fibra detergente neutra, ±16% de lignina y ±10% de azúcares solubles
Como las hojas de eucaliptus se secaban muy rápido en verano y los animales reducían notablemente su ingesta, se realizaron dos cortes y suministros diarios. El primer corte fue por la mañana (9:00 a 9:30 hs) y el segundo por la tarde (15:30 a 16:00 hs). Este manejo mejoró el consumo y se repitió en el ensayo de invierno para no alterar el comportamiento animal.
Un dato relevante fue la observación del consumo de las ramas. Dos días por semana se midieron los consumos —ofrecido (día anterior) menos rechazado (a la mañana siguiente)—: en el ensayo de verano el material rechazado correspondió a los tallos (±2 cm de diámetro) y a ramitas finas; en invierno, lo rechazado fueron las hojas frescas y verdes del eucaliptus.
La explicación técnica es que las fibras de las ramas generan en el rumen ácido acético, principalmente, y este ácido produce “calor” en el organismo del animal. En verano los animales evitaron comer las ramas por el calor ambiental, prefiriendo las hojas frescas y verdes, más ricas en proteína.
En invierno ocurrió justamente lo contrario: rechazaron las hojas y consumieron con gran voracidad las ramas de más de 2 cm de diámetro y las ramitas pequeñas. ¿Por qué sucedió esto? ¿Acaso las vaquillonas “sabían” que les iba a generar calor dentro de su organismo?
Debido a que las hojas de eucaliptus, en verano, se secaban muy rápido y los animales reducían considerablemente su consumo se realizaron dos cortes y suministro por día
Además de este comportamiento llamativo, lo sorprendente fueron las ganancias diarias de peso obtenidas con ramas de eucaliptus complementadas con concentrados y rollos. En verano se alcanzó, en promedio, una ganancia de 0.6 kg/vaquillona/día y en invierno de 0.7 kg/vaquillona/día. El tratamiento testigo (sin ramas), aunque con más del doble de rollos de buena calidad (6.5 vs 3 kg rollo/vaquillona/día), mostró ganancias entre 0.95 y 1 kg/vaquillona/día.
El costo de producción por kilo de carne resultó interesante: en promedio 0,6 USD/kg producido. Para los cálculos se asignó, de manera técnica y arbitraria, un costo de 0,1 USD/kg para las ramas frescas, considerando la mano de obra y el combustible necesarios para el corte y traslado desde el monte hasta los corrales.
En conclusión, el costo de un engorde a corral tradicional, incluyendo todos los gastos fijos y variables, suele alcanzar un valor muy alto, igual o superior al precio del kilo vivo que se puede obtener en el mercado.
Estos resultados indican que, utilizando alimentos disponibles en la zona (rollos, granos, pellets de girasol y eucaliptus), y antes de recurrir a la venta en pérdida de animales, es posible afrontar un evento climático específico (sequía o inundación) con una parte del rodeo, obteniendo un resultado productivo y económico razonable.
Asimismo, hay que considerar que estas dietas están orientadas a mitigar los efectos de una emergencia climática. Según los resultados, las ramas de eucaliptus pueden emplearse incluso en categorías de altos requerimientos, como animales en crecimiento, siempre que se suplementen con concentrados para cubrir sus necesidades de proteína y energía.
En categorías de menores requerimientos, como vacas de cría, las ramas de eucaliptus pueden utilizarse incluso de forma exclusiva para mantener el estado corporal.
Existen tres limitaciones: a) disponer de una cantidad suficiente de ramas de eucaliptus para una emergencia; b) el número de animales; y c) la cantidad de días que deben alimentarse con este recurso. Por eso, esta información resulta útil cuando se cuenta con un rodeo reducido y por un periodo limitado (60-90 días), siempre que en el campo haya un monte de eucaliptus adecuado.
El autor es Doctor en Ciencias Veterinarias, especializado en Nutrición Animal, director ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos (carne y leche). afmayer56@yahoo.com.ar //resalancursos@gmail.com. www.nutriciondebovinos.ar
