El exgobernador Sergio Urribarri viene, pese al revés judicial que se le presentó este año, cuando se lo declaró culpable de administración fraudulenta, continuando con acciones proselitistas a lo largo y ancho de la provincia.
El punto culmen de su actividad político-mediática tuvo lugar el pasado sábado, cuando Urribarri, junto a otros dirigentes se dieron cita en la casa de Cristina Fernández de Kirchner, para mostrarle su apoyo en lo que respecta a los procesos judiciales que afronta la ex-presidenta.
Urribarri aún no tiene condena firme, tras su condena en primera instancia, falta que el tribunal de alzada se expida y así, si se obtiene el doble conforme, sus penas sean efectivas, tanto la de prisión como la de ejercer cargos públicos.
La justicia tiene plazos que a veces se extienden durante años. En esos plazos, el condenado en primera instancia tendrá la posibilidad de volver a ser candidato, si el peronismo entrerriano considera que es merecedor de volver a serlo.
La condena que Urribarri ya recibió es por administración fraudulenta contra el Estado provincial, un delito donde se ven afectados bienes públicos, debería ser condición para que la justicia se expida en plazos razonables.
El país está reclamando formas nuevas de gobernar, en pos de más transparencia, más generación de empleo, más apuesta por el desarrollo de las personas y más visión a mediano y largo plazo.
Instamos a la justicia a expedirse antes del cierre de listas para las elecciones de 2023.
Para que todo sea más transparente y se quiten los mantos de sospecha de corporativismo entre la política y la justicia. Si no se expide a tiempo, la ciudadanía lo sentirá como una injusticia más de las que solemos vivir. Sentencia firme en un juicio justo no es proscripción ni persecución si se lo prueba culpable, sino justicia.
(*) ex candidato a intendente de Paraná en 2019 (Políticas para la República)