Tengo la sensación personal de que se estuviera juzgando la
política, al peronismo Algunos periodistas me han preguntado qué opino del
juicio que se está llevando adelante en nuestra provincia, y donde el principal
imputado es el compañero exgobernador, Sergio Urribarri. Hasta el momento había
preferido mantenerme respetuoso de la justicia y sus decisiones. Pero no puedo
desconocer que esta causa tiene un trasfondo político y sus consecuencias
también son políticas.
Pienso que se estaría juzgando la política, la tarea ejecutiva que tienen aquellos que son elegidos mediante el voto popular. Son acciones de gobierno, que están debidamente registradas y se basan en decisiones de gobierno habilitadas por nuestra constitución. Porque en definitiva, lo que sale a la superficie es que lo que se están juzgando y también condenando socialmente, son los actos administrativos de un gobierno peronista, y eso hace muy difícil el debate.
Las decisiones administrativas tienen un procedimiento que está reglamentado y la falta se establece mediante la falla o incumplimiento de esos pasos a través de los organismos de control. No se trata de un megajuicio por corrupción, como se trata de instalar, con bastante éxito, sino que se ha llevado ante la justicia a un grupo de personas para evaluar judicialmente si se está de acuerdo o no en las decisiones tomadas durante el gobierno del compañero Sergio Urribarri. Y eso pertenece al ámbito de la política, donde el que evalúa es el pueblo con su voto soberano. Sobre esto último, me molesta como peronista, que en nuestro país siempre se repita la misma lógica.
El destino que le dan los gobiernos peronistas al dinero público es cuestionado por un sector minoritario pero con poder mediático y económico. Aunque sin dudas lo que más les molesta son las conquistas. Se crea un manto de sospecha, de ilegitimidad de las decisiones y acciones de gobierno. Se plantea el carácter espurio de la obra de gobierno. El resultado judicial, en la enorme mayoría de los casos, es nulo por falta de pruebas, por inexistencia de los delitos denunciados, pero la condena social es lo que se pone en marcha y daña. Ha pasado incontables veces en la vida del peronismo. Sí sabemos lo que hicieron quienes acusando al peronismo de todas las barbaridades que se puedan imaginar llegaron al poder, por los votos o por la fuerza. Y me molesta la condena social sobre estos compañeros y compañeras por quienes tengo, en algunos casos amistad, y en otros, afecto y respeto (a quienes conozco que han ocupado cargos políticos).
Grandes compañeros que los vi trabajar incansablemente con un fuerte compromiso por una gran gestión. En la que tuve el honor de cumplir funciones de Vicegobernador.
La Entre Ríos turística que hoy conocemos se construyó en gran medida durante los gobiernos del Pato Urribarri. Llamativamente una de las acciones de promoción turística conforma hoy la causa que se juzga, podríamos citar cada una de las gestiones realizadas, pero solo como un par de ejemplos citar el Centro Provincial de Convenciones que tenemos en la ciudad capital y la ubicación de Entre Ríos en el ranking nacional de recepción de turistas.
La Cumbre del Mercosur fue un hecho histórico para la ciudad de Paraná y para toda la provincia, y parece que la intención es ensombrecer el recuerdo que los ciudadanos y ciudadanas tienen que aquél momento bajo el manto de sospecha de corrupción. Pero no sólo fue un hecho trascendente desde lo político, también significó el despliegue de obras de calidad que aún hoy podemos apreciar y disfrutar, como por ejemplo la Vieja Usina o la Escuela Centenario. No está demás señalar que la mejor gestión que puede tener un movimiento político es aquella en la que a un gobernador de ese partido le sucede otro gobernador de ese mismo partido porque así lo reivindica y decide el voto popular. Eso es lo que claramente sucede en Entre Ríos.
Por último, es llamativo el momento en que finalmente se
desarrolla el juicio. Siempre se habla de la lentitud de la justicia como una
crítica hacia ese poder. Este caso no ha sido la excepción y sé que los
compañeros que hoy son acusados hubiesen preferido una mayor celeridad antes
que un largo peregrinar bajo amenaza y estigmatización permanentes. Se tardó
seis años en avanzar, pero en el mientras tanto, la causa salía a flote con una
llamativa sincronicidad con el contexto político. Hasta que finalmente y con
esa misma sincronía, llegó la fecha, entre las PASO y las generales
legislativas. Obviamente, el fallo, el veredicto, lo vamos a conocer ya pasado
los comicios. Entonces, sin conocer el reproche judicial pero con la condena
social en marcha, mientras la población decide su voto, lo que vamos a estar
viendo en paralelo a la campaña electoral en los medios es al peronismo en el
banquillo de acusados.
(*) Actual diputado provincial y secretario del Consejo Provincial del PJ. Ex ministro de Desarrollo Social y ex vicegobernador.