¿Quién piensa en el 50% de los chicos pobres del país que no
tienen oportunidad de acceder a una computadora o una conexión estable a
internet? ¿Quién piensa en los padres que se enteran un domingo a la noche que
al otro día uno de los dos no puede ir a trabajar porque no tienen con quién
dejar a sus hijos? ¿Quién piensa en el dueño de un gimnasio o el profe de
educación física que tiembla cada vez que anuncian nuevas restricciones? ¿En el
almacenero al que le obligan a cerrar en el horario que más vende? ¿En el
comerciante que ya no sabe cómo endeudarse para no tener que despedir a sus
empleados?
La respuesta a cualquiera de estas preguntas muestra dos de
los peores síntomas de la pandemia que, si bien no aparecen en los diarios o en
la televisión, todos los argentinos sabemos que están presentes en las
decisiones que toma el gobierno: improvisación y falta de sentido común.
La decisión de imponer el cierre de las escuelas en la
provincia de Entre Ríos es el peor reflejo de una dirigencia que actúa de manera
obsecuente al gobierno nacional y a sus restricciones pensadas en Buenos Aires,
por encima del bienestar de su gente.
Los entrerrianos no somos tontos, el gobierno no debería
confundir obediencia y respeto, con ingenuidad e ignorancia. Los mismos Ministros
que primero afirmaron que las escuelas no son foco de contagio, son los que al
día siguiente dijeron que hay que cerrarlas. 24 horas después, vuelven a
cambiar de criterio anunciando que será sólo por 7 días. Sin embargo, los
propios datos publicados por el Ministerio de Educación de la Nación concluyen
que el índice de contagio en las escuelas es del 0.12%.*
Las medidas se cuestionan no porque subestimemos el virus o
queramos que nuestra gente se enferme (sería una locura pensar eso); se
cuestionan porque no tienen sustento en datos, en información ni tampoco en
sentido común. ¿Quién puede pensar que alguien quiera enviar a sus hijos a
enfermarse?¿O suponer que Unicef o la Sociedad Argentina de Pediatría, por
nombrar algún ejemplo, estén buscando propagar una enfermedad?
Cuesta creer que quienes toman las decisiones en el manejo
de esta cuarentena no sean padres de niños que presenten algún problema por la
falta de interacción con sus compañeros o que incluso no sepan que la mejor
herramienta para darle igualdad de oportunidades a los chicos más pobres está
en la presencialidad de las aulas.
El Gobierno necesita reflexionar y volver a escuchar a la
gente; quienes nos dedicamos a la política, y me incluyo, pero sobre todo
quienes hoy tienen la responsabilidad de guiarnos a través de esta crisis,
tenemos que salir del frasco, dejar de pensar en la elección y dedicarnos a
poner la oreja, mirar la realidad y tomar decisiones con datos, argumentos y
dando certezas frente a tanta incertidumbre.
En una sociedad con la mitad del país en la pobreza y una
pandemia que no da tregua, el único margen que nos queda es poner el hombro con
el que está al lado, con la verdad y pensando en la gente.
(*) Ex Candidato a Intendente de Paraná
*Fuente:
https://www.argentina.gob.ar/noticias/los-casos-positivos-de-covid-en-las-escuelas-representan-el-012-en-estudiantes-matriculados