
Tras el prolongado conflicto que durante meses paralizó la captura del langostino, la especie que más divisas genera para la Argentina, los datos más recientes del sector son positivos: en octubre –precisó el Indec– la exportación alcanzó los USD 223 millones (el sector langostinero aportó el 96%), el mejor mes del año.
Así se acumulan USD 1.717 millones en exportaciones durante diez meses, impulsados por mejores precios internacionales y sólidos volúmenes de captura: más de 47.600 toneladas entre todas las especies, casi un 21% por encima del mismo período de 2024.
Del langostino al calamar
Con el cierre de la zafra del langostino, la atención recaerá ahora en la del calamar, la segunda especie en aporte de divisas y la más acosada por las flotas extranjeras “de aguas distantes” que faenan en la “Milla 201”, al borde del límite de 200 millas desde la costa que define la “Zona Económica Exclusiva” (ZEE) del país o “Mar Argentino”.
Prefectura, la fuerza dependiente del Ministerio de Seguridad encargada del control del área, reforzó el monitoreo de “los más de 500 buques pesqueros extranjeros que arribarán a la Milla 201 en la próxima zafra del calamar illex argentinus”, según informó en un comunicado.
Control de Prefectura en la Milla 201
Esos barcos, de los que Prefectura ya detectó 148 “en tránsito”, pescan sin restricciones una especie cuya temporada para los barcos de bandera nacional se abrirá el 2 de enero al sur del paralelo 49 y el 12 al sur del paralelo 44. “Las expectativas son buenas, en virtud de cómo terminó el año”, dijo Darío Sócrate, gerente de la Cámara de Armadores Poteros Argentinos (CAPA) a Infobae.
“Entre noviembre y junio, grandes flotas navegan desde variados puntos del mundo hacia el área adyacente a la ZEEA para desarrollar actividades de pesca. La mayoría de estos buques proviene de Asia Oriental, en especial de China, Corea del Sur y Taiwán; recorren miles de millas hasta alcanzar la zona habitual de operación”, dice el comunicado de Prefectura, que informó del “patrullaje periódico y planificado de sus medios de superficie y aéreos, además del uso de las distintas herramientas tecnológicas de control y vigilancia del Sistema Guardacostas”, una plataforma tecnológica desarrollada por personal de la propia fuerza.
Pero, además de pescar, este año China parece haber reiterado una actividad que, en el mejor de los casos, puede calificarse de “fisgoneo”.
El buque arrastrero Lu Qing Yuan Yu 205, que en 2016 había realizado pesca ilegal a más de 5 kilómetros dentro del Mar Argentino y que en 2022 efectuó movimientos inusuales para un pesquero —desplazándose en cuadrículas en un aparente trabajo de mapeo de la Plataforma Continental Argentina, lo que motivó entonces su seguimiento por el Patrullero Oceánico Storni de la Armada Argentina—, este año volvió a realizar una actividad por lo menos extraña y probablemente ilegal.
Además de pesca, este año China parece haber reiterado una actividad que, en el mejor de los casos, puede calificarse de “fisgoneo”
“Este barco junto a otros realizaron mapeos no solo sobre la Plataforma Continental Argentina, sino también en las aguas de la Antártida. Los otros son: Lu Qing Yuan Yu 206, Long Fa, Long Teng. Todos de bandera china. En 2023, cuando divulgamos la prospección que el LQYY 205 había realizado en 2022, hicimos un pedido de información al Ministerio de Seguridad, que tiene a su cargo a la Prefectura Naval”, posteó Milko Schvarzman, investigador marino y experto en pesca del Círculo de Políticas Ambientales (CPA).
El 20 de mayo de 2023 el entonces gobierno de Alberto Fernández respondió que el Lu Qing Yuan Yu 2025 “desarrolló sus actividades en alta mar o mar libre (de acuerdo con lo establecido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Convemar), sin que surgieran comportamientos que indicaran una presunta infracción a la normativa pesquera nacional (…) se mantuvo operando por fuera de la ZEE, motivo por el que no se puede establecer fehacientemente el tipo de operación realizada”, decía el texto firmado por Alejandro Salesi, responsable de Acceso a la Información del Ministerio de Seguridad, entonces a cargo de Aníbal Fernández.
Plataforma Continental: zona gris en la disputa marítima
La “Plataforma Continental” excede la ZEE o el Mar Argentino. Un buque extranjero puede pescar en esa área, pero sin intervenir ni dañar el lecho marino. En ese contexto, el mapeo efectuado por una embarcación extranjera resulta, cuanto menos, una acción poco amistosa e incluso hostil, sobre todo si se realiza sin consulta previa.
“Ya en 2022 habíamos detectado este buque haciendo movimientos no compatibles con pesca, que en general se hace con movimientos zigzagueantes. Este buque se movía en cuadrículas. Nos pusimos en contacto con expertos de otros países y hubo coincidencia en que eran movimientos de prospección y mapeo del fondo marino. Y como se estaba haciendo sobre la plataforma continental argentina hicimos el pedido de informes a Ministerio de Seguridad. Hace un mes, la misma embarcación hizo el mismo tipo de movimientos, ahora frente a la Provincia de Buenos Aires, y siempre entre el borde de la ZEE y el borde de la Plataforma Continental. Queremos saber qué estuvo haciendo, aún no hicimos un pedido de información al Ministerio de Seguridad o a Cancillería, sino contactos informales. En 2023 la respuesta fue que no sabían, pero su función es averiguar”, explicó Schvartzman a Infobae.
Además, dijo el investigador marino, el gobierno chino debería informar o consultar antes de hacer ese tipo de estudios. “Imagínense si un barco argentino se pone a mapear la plataforma continental de China: lo hunden de un misilazo sin pedir razones o lo abordan violentamente, como vemos en las noticias que pasa en las aguas que circundan el Mar de China. Además, es muy sugestivo que el mapeo se restringe a la plataforma continental, que es reconocida por la ONU, no va más allá”, notó Schvartzman.
Imagínense si un barco argentino se pone a mapear la plataforma continental de China: lo hunden de un misilazo sin pedir razones o lo abordan violentamente (Schvartzman)
La zona investigada por el Lu Qing Yuan Yu 205 incluyó el “Agujero Azul”, una de las áreas de pesca más ricas del Atlántico Sur, entre las latitudes 43 y 47, en el borde del talud continental, donde la confluencia de la corriente cálida de Brasil y la fría de las Malvinas genera alta concentración y la escasa profundidad facilita la captura por buques poteros -cerca de dos tercios de la flota extranjera- que faenan exclusivamente por calamar, la especie más buscada por la flota china.
“El Lu Qing Yuan Yu 205 es un barco arrastrero de grandes dimensiones, puede capturar calamar, tiburones, delfines, merluza, abadejo. Es parte de una flota de una empresa de 12 buques. Otro buque de la misma flota, el 206, descargó 3 tripulantes fallecidos en Montevideo y tuvo causas judiciales en Uruguay por denuncias de tripulación que se bajó y lo denunció. Y otro, el 212, capturó un tiburón peregrino, una especie amenazada de extinción, al borde del Mar Argentino. Y lo filmaron. Son una flota que infringe normas de todo tipo”, dijo Schvartzman. ¿Alguien autorizó al Lu Qing Yuan Yu 205 a prospectar la Plataforma Continental Argentina? ¿La Argentina pidió explicaciones a la Embajada de China”, se pregunta el investigador.
El buque en cuestión es uno de los doce que integran la pesquera china Qing Dao Ocean Fisheries: suman unos 3.400 kW de potencia, tienen como base el puerto de Montevideo y su área principal es el Atlántico Sur, donde, según sus características, podrían capturar unas 60.000 toneladas anuales, un 25% más de lo que, en los diez primeros meses de 2025 —hasta ahora una buena temporada— capturó la flota local dentro del Mar Argentino.
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