En esta oportunidad la persona denunciada por una familia afincada en Paraná desde hacía un tiempo, fue una autoridad religiosa en la Argentina de la Iglesia de Jesús Cristo de los Santos de los Últimos Días.
Los padres de una nena de 9 años y de su hermano de la misma edad, tras varias idas y vueltas se decidieron a acusar al obispo mormón de 50 años de la localidad de San Martín, en la provincia de Buenos Aires.
La carátula judicial Alberto Manuel Reyes López sobre abuso agravado, culminó esta semana en el Juzgado Nº1 de la localidad bonaerense y el resultado fue la condena del hombre a la pena de 15 años de prisión.
Los abogados querellantes en la causa, Hugo Gemelli y Osvaldo López, no ocultaron su satisfacción por la decisión de los integrantes de la sala oral, sin embargo, saben que la pequeña tendrá un camino difícil para emprender la recuperación psíquica.
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Una vez producidos los hechos en los que la menor fue presa de bajos instintos, la iglesia dispuso que la familia denunciante fuera trasladada a Paraná para continuar el camino de Dios.
En la causa se comprobó que el obispo se aprovechó sexualmente como mínimo durante dos años de la pequeña que asistía a la comunidad educativa. Ahora en forma paralela se instruyó otra causa, porque el hermano de la víctima y otros compañeros de curso en Buenos Aires podrían haber sufrido el mismo calvario.
El padre, de profesión carpintero, y la esposa junto a sus tres hijos hicieron las valijas y llegaron a Paraná en 2004. El mayor problema era que la menor ultrajada y violada no era la misma. Por ello se decidió, en un marco de absoluta reserva, enviarla a una psicóloga que al cabo de varias sesiones comprobó el martirio que le tocó vivir a la niña. Con estos elementos la profesional recomendó a los padres efectuar la presentación judicial con el asesoramiento de los abogados paranaenses.
Gemelli contó: “Junto al doctor López y Alberto Ortega de Buenos Aires, logramos después de un tiempo llevar a juicio al acusado. El debate terminó esta semana con la lectura de la sentencia”.
“En el debate se escucharon testimonios desgarradores y tremendos de parte de testigos que fueron también víctimas de acciones deleznables por parte del denunciado”, enfatizó el querellante.
Si bien reconoció que “desde la querella solicitamos 32 años de prisión, el fiscal reclamó 24, los jueces optaron por los 15 que nos deja de igual modo satisfechos”.
El letrado alertó que “una causa de abuso sexual es muy difícil de trabajar y en muchos casos difícil de demostrar, ya que hubo un tiempo transcurrido. A la víctima se le localizaron lesiones antiguas en sus partes íntimas, pero no fueron concluyentes para los integrantes del tribunal”.
En la sentencia se marca con claridad que “la víctima debe seguir un tratamiento psicológico de modo que pueda superar todas las dolencias producidas por una persona que ella respetaba, al igual que su familia”.
“El obispo utilizaba su investidura y su confianza para ultrajarla desde todo punto de vista. En medio de ese conflicto utilizaba todos los mecanismos para que la situación no saliera a la luz habida cuenta de su autoridad en la iglesia y el respeto que generaba a toda la comunidad, que tiene una actitud muy particular ante los responsables espirituales”.
En la causa se constató que los peritos médicos de Paraná detectaron desgarro anal y vaginal que determinó en su momento que la Justicia de Buenos Aires decidiera disponer la detención del acusado hasta tanto se sustanciara el juicio oral y público.
Una parte de las denuncias se aclararon, sin embargo resta conocerse qué le ocurrió al hermanito de la víctima y a dos chicos más que habrían vivido situaciones similares.
“Los padres forman parte de la comunidad religiosa, que viven para la asistencia de esa iglesia”, resaltó el abogado querellante.
Gemelli indicó que “los abusos comenzaron en 2004. La resistencia de la niña fue tan grande que comenzó a rechazar cualquier tipo de relación con las autoridades de este culto y a seguir asistiendo a la escuela”.
“Ante esto la madre hizo una consulta a una psicóloga de Buenos Aires, la cual detectó que la niña venía siendo abusada por alguien. Al llegar este tema a las autoridades eclesiásticas detectaron la anormalidad y quedó comprometido la autoridad responsable de la comunidad de San Martín, en Buenos Aires”.
“Por ello se dispuso el traslado de la familia, tal vez por protección de estos últimos, a Paraná”, enfatizó el abogado para remarcar: “La conducta de la niña no cambió y consultaron a otra psicóloga de Paraná que constató en forma tajante el abuso”.
“La profesional se contactó con nosotros y luego resolvimos trabajar en conjunto con un estudio de Buenos Aires para presentar la denuncia ante la Fiscalía de San Martín”, añadió.
Una religión muy poderosa
La religión en la cual el obispo cumplía funciones es la rama más grande y conocida del mormonismo. Este credo tiene su sede en Salt Lake City, Utah (Estados Unidos). Actualmente, hay casi 12 millones de personas que son miembros de este culto en todo el mundo. Entre ellos hay más o menos 60.000 misioneros (la mayoría entre 19 y 21 años) que predican el evangelio de Jesucristo por dos años. Miembros de la Iglesia se conocen como mormones (a causa de la creencia en el Libro de Mormón).
Creen que pueden estar juntos para siempre como familias mediante la obediencia de las leyes de Dios y las ordenanzas del templo.
Si bien en un momento no quedaron claras algunas actitudes hacia el prelado denunciado, sobre todo con defensas de su hombría de bien, con posterioridad se lo apartó exponiéndolo como a cualquier transgresor.
• La víctima tenía 9 años cuando se produjo la denuncia en Paraná.
• En el juicio se estableció que la autoridad religiosa, la abusó como mínimo por el término de dos años.
• En forma paralela se investiga la posibilidad que elhermano de la víctima y dos amiguitos más hayan sido también ultrajados sexualmente.
• La familia fue radicada en Paraná luego conocerse la situación generada por la autoridad religiosa, que fue apartada de sus funciones por parte de la Iglesia que representa. (Uno)




