Jueves, 13 de noviembre de 2025   |   Campo

Nuevo juez en el caso SanCor: expectativas sobre la láctea frente a pedidos de quiebra

Nuevo juez en el caso SanCor: expectativas sobre la láctea frente a pedidos de quiebra

SANTA FE.- La causa SanCor, originada en el concurso de acreedores de la cooperativa láctea con sede en Sunchales, al oeste de la provincia, tiene nuevo juez. Tras el ascenso del magistrado que llevaba adelante la instancia, el Dr. Guillermo Vales, el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Segunda Nominación de Rafaela quedó a cargo de Marcelo Gelcich, quien asumió recientemente esas funciones.

Una de las primeras medidas de Gelcich fue reunirse con la denominada Sindicatura Plural, que sigue la evolución del proceso SanCor. El encuentro tuvo lugar en el Salón de Usos Múltiples (SUM) de los tribunales de Rafaela.

Según se informó, el objetivo de la reunión fue presentar al nuevo juez la gestión interna de la sindicatura y detallar los roles y las funciones de cada uno de sus integrantes.

Para Atilra, la empresa adeuda más de cinco meses de salarios a sus trabajadores y el plan propuesto para la crisis implica el despido de 304 trabajadores, sumando a más de 1000 desvinculaciones desde 2019

Un comunicado emitido por la Secretaría de Gobierno de la Corte Suprema señaló que la reunión había sido previamente agendada por el juez saliente, Dr. Vales, y se desarrolló en un marco de formalidad institucional, “con el fin de garantizar la continuidad del proceso judicial sin interrupciones en su administración”. Con esta reasignación, Gelcich quedó a cargo de la supervisión y seguimiento del proceso concursal de la cooperativa láctea.

Como se informó oportunamente, hace unas semanas la empresa presentó un denominado “Plan de Crisis”, pero la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) lo rechazó en forma contundente por considerarlo “inviable”, ya que –dijo el gremio– “dicho plan contemplaría el despido de más de 300 trabajadores”.

Para Atilra, la empresa adeuda más de cinco meses de salarios a sus trabajadores y el plan propuesto para la crisis implica el despido de 304 trabajadores, sumando a más de 1000 desvinculaciones desde 2019.

El gremio también recordó que presentó una alternativa basada en la figura de la “quiebra con continuidad productiva”, para que “la producción continúe bajo control judicial con una nueva administración”, garantizando así la preservación de los puestos de trabajo y la continuidad de la actividad.

La láctea SanCor se encuentra bajo un concurso preventivo en el Juzgado de Rafaela. Como se indicó, los trabajadores solicitaron la quiebra de la empresa, aunque con continuidad de la explotación para proteger los empleos.

En tanto, el proceso judicial se desarrolla en un contexto con múltiples frentes abiertos. En el fuero federal, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (Arca) reactivó un juicio iniciado por el incumplimiento en el pago de aportes previsionales correspondientes a los años 2022 y 2023, tras la adhesión de la cooperativa a distintos planes de moratoria (Leyes 27.541, 27.562 y 27.653).

Aunque SanCor pudo cumplir con los pagos hasta enero de 2025, el inicio del concurso impidió continuar con el plan, ya que la normativa prohíbe efectuar desembolsos de esa naturaleza durante el proceso.

La reanudación del juicio fue dispuesta por ARCA, que informó al juzgado la falta de pago. No obstante, los especialistas indicaron que “esta situación responde a un límite legal y no a una maniobra evasiva”.

En paralelo surgió la situación de la empresa ARSA, que fabricaba postres y yogures con la marca SanCor pero no pertenece a la cooperativa. ARSA fue adquirida en 2016 por Vicentin Family Group y luego gestionada por el grupo venezolano Maralac, que terminó en quiebra este año. Según fuentes del sector, la confusión se debe a que ARSA utilizaba marcas cedidas por SanCor, aunque ambas compañías operaban de manera totalmente independiente desde 2016.

Por otra parte, la realidad industrial de SanCor muestra un giro favorable: desde mayo de este año la cooperativa inició un proceso de recuperación sostenida tras meses de baja actividad, que se refleja en plantas que volvieron a funcionar —Sunchales, Devoto, Balnearia, La Carlota, Gálvez y San Guillermo— y operan con niveles de ocupación del 75 al 80% de su capacidad.

Cabe recordar que las plantas de Balnearia y La Carlota (ambas en Córdoba) estuvieron totalmente paralizadas y retomaron la producción. “Devoto recuperó el suministro de insumos, y San Guillermo reabrió tras permanecer cerrada desde 2023. La mejora permitió reincorporar personal y reactivar circuitos logísticos en el centro y norte del país”, explicó una fuente cercana a la cooperativa.

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