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n 2005, y tras una serie de reclamos, los residentes consiguieron que la provincia aumentara el valor de las becas, que pasó de 800 a 1.100 pesos, pero esa suba alcanzó solamente al 45 %. El resto, más de la mitad que está cubierto por becas que otorga la Nación, continúa percibiendo una cifra de 830 pesos.PLANTEO. Las residencias nacieron en Entre Ríos en 1987 como una forma de formar profesionales en especialidades médicas críticas, tarea que se cumple en los propios hospitales: allí el médico completa su formación guiado por instructores, aunque en la práctica, y debido a la alta demanda de los centros asistenciales del Estado, suelen convertirse en mano de obra barata.
Entre otras especialidades, hoy existen residencias en medicina general, pediatría, clínica médica, tocoginecología, traumatología, cirugía general y anestesiología.
Aún cuando el menú de reclamos que presentaron formalmente en Salud el último viernes incluye una serie de temas, lo que les preocupa es primordialmente el tema salarial.
“El mayor problema son las diferencias en el monto de las becas: unos cobran 1.100 y los otros 830 pesos. Pero lo paradójico es que trabajamos lo mismo y cobramos distinto. Al menos pedimos que se equiparen los montos de las becas, aunque tampoco es un gran sueldo la beca provincial. Si se compara, en Santa Fe un médico residente gana 1.750 pesos, y en Buenos Aires, 2.100 pesos”, contó un profesional entrevistado por El Diario.
QUEJAS. En voz baja, los profesionales señalan por dónde pasa su malestar. “No tenemos derechos de reclamar nada porque somos becados. Nos pagan para que nos formemos, objetivo que se pierde y queda como fundamento ante cualquier reclamo. Sólo tenemos obligaciones y nada de derechos, ni a reclamar. No estamos con contratos laborales y por ende no tenemos derecho como cualquier trabajador. Ante cualquier agitación que se plantee, se callan todos por miedo a perder la beca, que no es más que un dinero que se tiene cada mes para sobrevivir”, señaló otro profesional. Además, se quejó por el hecho de que “no tenemos un seguro de mala praxis ya que tenemos igual responsabilidad y obligaciones que cualquier médico que ocupa un buen cargo en un hospital y aparece para dar indicaciones y se va sin ser controlado por nadie”. Al respecto, puso de manifiesto que “la matrícula de residente está bloqueada para cualquier trabajo que sea fuera de la residencia”.
También resaltó que “los horarios laborales no se ven en otros lugares de trabajo, por lo menos por nosotros. Entramos a las 8 de la mañana por contrato, aunque en muchos servicios exigen estar a las 6 y salimos después de las 16. Terminada esa jornada los que están de guardia se quedan en el servicio hasta que termine la guardia, a las 8, o sea que fueron unas 32 horas seguidas.