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El porcentaje de la suba que solicitarán todavía es una incógnita, debido a que aún no finalizó la etapa de estudios técnicos a los que está abocada una comisión que se constituyó al efecto, según manifestaron ayer a UNO varios directivos de las cooperativas eléctricas. No obstante, se maneja la firme posibilidad de no pedir una tarifa única, sino diferenciada de acuerdo a las necesidades de cada empresa, al menos distinguiendo las que prestan servicios en zonas rurales y las que lo hacen en zonas urbanas.

Este año corresponde la discusión quinquenal en audiencia de los términos de los contratos de concesión, incluyendo la redefinición del valor del servicio. Según los plazos previstos, el Ente Provincial Regulador de la Energía (EPRE) deberá analizar el pedido y, si no encuentra inconvenientes de forma o de fondo, convocar a la realización de la asamblea; por lo cual la suba de la luz no llegará a las facturas en un corto tiempo, sino seguramente antes de fin de año.

“Esperamos que esta semana podamos realizar la presentación formal. Estamos todos con un problema tarifario severo”, sostuvo el presidente de la delegación entrerriana de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE), Juan Félix Lawrie.

“Hasta ahora se han sacado los valores dispersos de cada tipo de servicio. Es complejo saber el promedio. Es muy problemático, si uno no estáa en la parte técnica, dar un adelanto”, dijo el dirigente excusándose de brindar mayores precisiones.

De todas maneras, explicó que lo que se definirá en las próximas horas será un “valor técnico”, que luego el EPRE deberá aprobar o no. También destacó que hasta ahora, en los pedidos que llegaron a audiencias públicas, se han aprobado aumentos por menos de lo que se ha solicitado, y se buscó luego compensar la diferencia con subsidios a las distribuidoras. Lawrie consideró que en esta oportunidad puede volver a suceder lo mismo.

Por su parte, el presidente de la Cooperativa Eléctrica de Gualeguaychú, Jorge Cergneux, indicó que “no todas las empresas van a pedir el mismo aumento, porque es de acuerdo a la composición del mercado que tengan y a las distintas categorías”.

El titular de la cooperativa de Concordia, César Gottfried, también alentó esta posibilidad diciendo que podría haber diferencias en los planteos “sobre todo entre las distribuidoras urbanas y las rurales”.

Por otra parte, con respecto a los tiempos que se manejan, Lawrie sostuvo que “dependen del EPRE, que tiene que analizar la presentación”. Y añadió: “Es una cuestión bastante compleja, todo tiene que ir debidamente fundamentado y hay montones de cosas que son discutibles, como qué nivel de amortización se le da a los elementos de capital”.

No obstante, anticipó que la modificación tarifaría no se concretará “en menos de dos o tres meses”. Además, subrayó que cuando se aprueba una nueva tarifa se establece que rige a partir de una fecha determinada.

La última disposición, que rige desde febrero, contempló un aumento del 10,8%, a pesar de que el pedido –efectuado por la Cooperativa Eléctrica de Concordia– había sido de 27,4%. A pesar de que luego se dispuso un subsidio para el sector, las distribuidoras sostienen que no fue suficiente para solucionar los problemas financieros ocasionados por el atraso tarifario.

Además, en el último aumento no se contempló la tarifa rural, que había sido ajustada en 2004 en un 16% y ahora quedará nuevamente sometida a revisión. Las cooperativas que prestan servicios en el campo son las más perjudicadas, según indicó Lawrie: “Como siempre decimos, no es lo mismo un medidor cada 20 metros que cada 10 kilómetros, por eso son mayores los costos de mantenimiento”. También recalcó que “hay una tendencia a lograr que la gene del campo tenga una tarifa más accesible”.

Por su parte, Gottfried aseguró: “La gente puede estar tranquila porque, al menos en la cooperativa de Concordia, no será muy importante el aumento solicitado y la aplicación va a llevar varios meses”. (Uno)