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Voceros de la empresa dijeron que la posibilidad de frenar las obras “no se justifica” porque, afirmaron, la planta funcionará con los estándares tecnológicos y ambiéntales más avanzados.

En este sentido, agregaron que una virtual paralización provocaría “un daño muy importante” no sólo para la empresa, sino también para la economía uruguaya. En este punto, mencionaron la importancia del “factor sindical”, en referencia a la situación de los cerca de 2000 obreros que trabajan en el levantamiento de la pastera.

Además, aseguraron que para hacer el estudio ambiental que reclama el gobierno argentino no es necesario suspender la construcción, sino que se puede completar con las plantas funcionando.

No obstante, aclararon que la empresa seguirá “apostando al diálogo” y aportará toda la información que le sea requerida a medida que avance en las distintas etapas de la instalación de la planta.

Por otra parte, ratificaron que directivos de la empresa mantienen contactos “de rutina” con el gobierno finlandés a través de las embajadas y que no hubo ningún pedido ni comunicación a partir del reclamo que ayer realizó Kirchner.

"Va a tener que responder". Más temprano, el embajador argentino en Uruguay, Hernán Patiño Mayer, había dicho que Botnia "va a tener que responder" a la exhortación que ayer hizo el Presidente y la acusó de ser responsable de una crisis de confianza.

"Nosotros insistimos en que acá hay una crisis de confianza generada por actitudes de la empresa que parece no entender que va a utilizar un recurso compartido", se quejó el diplomático, en alusión a las aguas del río Uruguay, y sostuvo que la demanda argentina "no es un capricho".

En este sentido, insistió en que Botnia no puede ignorar que el agua que "necesita para trabajar, el principal recurso para la tarea de blanqueado, no es uruguayo exclusivamente sino uruguayo y argentino".

El embajador agregó que así como la empresa finlandesa es "parte del problema", tiene que "ser parte de la solución". "Por lo tanto -prosiguió-, va a tener que dialogar con el Gobierno argentino, va a tener que responder al pedido", concluyó.

Por otra parte, Patiño Meyer confirmó que ayer se encontró con el vocero de Botnia, Carlos Faroppa a quien le pidió la paralización de las obras como “un gesto” para destrabar el diálogo entre ambos países y facilitar una salida negociada del conflicto.

"Un senador que estaba a mi lado se ofreció a presentarnos y en el momento en que nos estrechábamos las manos le dije: ´Estamos esperando el gesto de la empresa. Por favor suspendan las obras por 90 días´", relató el embajador sobre su conversación con el vocero.

Motivos políticos y electorales. Desde Uruguay, en tanto, el ministro de Vivienda y Medio Ambiente del Uruguay, Mariano Arana, consideró que el conflicto por la instalación de papeleras en su país "se originó" en "aspectos políticos" y "electorales", más que ambientales, e insistió en que los cortes de ruta en Entre Ríos afectan a su país "sin que haya habido acciones para impedirlo".

Arana consideró que el informe del impacto ambiental de las dos papeleras de Fray Bentos hecho para el Banco Mundial es "impecable" y puso "el problema donde debe estar".

Por otra parte, Arana sostuvo que su país espera que "en poco tiempo" el Mercosur convoque a la Argentina y Uruguay a un diálogo. "Nos parece tanto más razonable que dirimamos esto en el ámbito regional antes y no recurrir a ámbitos internacionales", justificó el ministro en declaraciones a FM La Isla.

Aludió así indirectamente a la decisión argentina de llevar la controversia a la Corte Internacional de La Haya que ayer fue ratificada por Kirchner. (Fuente: La Nación)