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or Jorgelina Londero,El Dr. Cesar Melchiori Senador Provincial de Islas del Ibicuy presentó el año pasado a funcionarios de la provincia un proyecto de instalación de fábricas de pasta de madera mecánica, sin el uso de químicos y sólo de producción orgánica, que fue objeto de discrepancias políticas y severas críticas; por lo que ahora con la noticia de que en Gualeguaychú se instalaría un emprendimiento de características similares, el legislador manifestó que “no estoy en contra pero quiero el mismo trato”. Para Melchiori no es coherente que “lo mío contamine, lo de ellos no; lo mío es estúpido y lo de ellos no”; y esto se debe al “poder político de cada departamento” argumenta el legislador de Islas.
Melchiori señaló que en el marco de la lucha para que no se instalen plantas de celulosa en Uruguay que “es una lucha en la que todos estamos de acuerdo” su trabajo como legislador ha sido “seguir generando leyes para proteger el medio ambiente”.
Melchiori explicó que lo que se hará en la fábrica de Gualeguaychú es producir a partir de la resina del pino, pero “todavía no saben las consecuencias sobre los afluentes, ya que es lo más tóxico del árbol” aunque agregó que “no hay que tenerle miedo a la contaminación de materiales biodegradables porque la naturaleza se encarga de degradarlos”.
Según el senador de Islas, lo más importante para determinar no es, sólo el grado de contaminación de la planta, sino además lo que se denomina impacto ambiental acumulativo; que es el resultado del grado de contaminación de todas las fábricas de la zona y en base a los parámetros de la ciudad de Gualeguaychú se podrá evaluar si la planta producirá consecuencias negativas en el medio ambiente.
Melchiori consideró que “hay que hacer papel con productos biodegradables, sin químicos y así podemos lograr de las papeleras un ejemplo de industria limpia”. El senador opinó que en Gualeguaychú “antes de decir bienvenido tiene que hacer lo estudios” y estudiar el impacto sobre los receptores finales; es decir el aire, el agua, la tierra, los lugares donde la planta arrojará finalmente los desechos.
En relación a la protección de nuestros montes nativos, Melchiori aseguró que es “favorable ya que el árbol es un recurso renovable y la mejor manera de proteger el monte nativo es consumir el monte implantado”.