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sí lo hizo saber el secretario de Energía, Carlos Molina, quien puso de manifiesto que “hemos logrado que las exigencias referidas al manejo del combustible necesario para el bombeo del agua destinada al cultivo del arroz se flexibilicen”. Al respecto, recordó que “originalmente las medidas de seguridad solicitadas para la instalación de los tanques de combustibles eran similares a las de las estaciones de servicios de las ciudades, razón por la cual “se les hacía sumamente dificultoso a los productores arroceros poder cumplir con esas exigencias, aumentando costos que el sector no está en condiciones de asumir”.No obstante, el funcionario consideró oportuno aclarar que Fedenar tiene “conciencia madura” en el tema de seguridad, es decir, que la entidad se comprometió a adaptar los aspectos constructivos de los tanques no permanentes.
Por su parte, el presidente de Fedenar Jorge Paoloni expresó que las gestiones que se realizaron desde la entidad y el Gobierno entrerriano apuntaron a que sea incluida, en la Resolución N° 1102, la actividad arrocera en un anexo o protocolo de seguridad aparte, dadas las características particulares que tiene la producción.
Según indicó Paoloni, la mencionada resolución crea el registro de almacenaje de combustible, permanente o transitorio. En este caso puntual se trata de “un almacenaje para consumo propio no permanente, ya que en el caso particular de la producción arrocera se hace una rotación de los tanques todos los años de chacra en chacra, es decir que se van trasladando los equipos de riego”, explicó.
Enseguida, el presidente de Fedenar destacó el acompañamiento permanente del Gobierno provincial en las gestiones realizadas ante la Nación para resolver estas cuestiones. “Además de los secretarios de Energía Carlos Molina y de Producción Daniel Welschen, fue el propio gobernador Busti quien se puso al frente de las gestiones ya que el año pasado, cuando corríamos el riesgo de no contar con el combustible por no estar inscriptos en el registro que crea la resolución, fue necesario resolver el problema en forma urgente”, recordó Paoloni.
Asimismo, el presidente de la entidad agregó que este modelo de protocolo contiene parámetros mínimos necesarios a cumplimentar, conforme a las características particulares de la actividad arrocera y por el cual las empresas auditoras tendrán que regirse para la realización de las auditorias correspondientes, teniendo presente las condiciones de seguridad necesarias a contemplar.
En definitiva, a partir de esta decisión del Gobierno nacional, lo que se tiene que hacer “es la contratación de las auditorías con las empresas que integran la Cámara de Auditores de Argentina para cumplimentar uno de los requisitos exigidos en la Resolución N° 1102”, concluyó Jorge Paoloni.
Obras de electrificación rural del Gobierno
Además, Molina consideró oportuno recordar que el Gobierno entrerriano está trabajando en dotar del suministro de energía tradicional por redes a los pozos arroceros entrerrianos, de manera que puedan utilizarla para el bombeo de los pozos reemplazando el uso del combustible.
Es en este marco, que “para responder a las necesidades actuales y a otras que se van planteando, hay en estos momentos dos obras en ejecución. Una de ellas, a punto de finalizar, se denomina Chañar II, y cubre 160.000 hectáreas de los departamentos Federal, Villaguay y San Salvador. Con una inversión prevista en 3,8 millones de pesos, se amplió el presupuesto en 700.000 pesos para atender a nuevos usuarios.
Cabe señalar que esta obra necesita de una alimentación adicional, razón por la cual debió ejecutarse una línea de 33 Kv con su respectiva estación transformadora, que demandó una inversión de 2,5 millones de pesos, y que está ubicada en la zona sur de Federal.
El otro frente de obra es el de Lucas al Sud, que lleva unos 240 días de ejecución y tiene un plazo de 510 días para su finalización. Si bien en un principio estaba prevista para 95 usuarios, ahora supera los 150. Abarca una superficie de 120.000 hectáreas de los departamentos San Salvador y Villaguay. La inversión estimada es de alrededor de seis millones de pesos, y la línea de alimentación de 33 Kv que se necesita tiene un costo de unos 4,5 millones más.
Acerca de este emprendimiento, Molina destacó que tiene como fin – al menos gran parte de la obra – “el riego de pozos arroceros, ya que en la actualidad esta fuente de energía tiene una ventaja comparativa con respecto al combustible”.