S
in hacer olas, avanza en el Gobierno la idea de una eventual rebaja de las retenciones a las exportaciones de productos lácteos, que incluiría algunos retoques para el caso de los embarques de leche en polvo y quesos de vaca.La ministra de Economía, Felisa Miceli, y el secretario de Agricultura, Miguel Campos, mantuvieron ayer una reunión en la que, según fuentes privadas, se habría abordado este tema. No obstante, fuentes de ambos organismos negaron categóricamente el asunto. "Se hablaron de otras cosas que no tuvieron nada que ver con ese tema", aclaró un funcionario de Economía. Por su parte, altas fuentes de Agricultura, admitieron el encuentro, pero señalaron que "se tocaron muchas cosas sin relación con los lácteos y no hay nada para comunicar", dijeron.
La viabilidad de rebajar el impuesto a los lácteos, de todos modos, hace tiempo que está dando vueltas por los pasillos de la cartera agrícola, dado que la producción de leche en la Argentina no sólo no bajó, sino que, por el contrario, podría ser récord. Para este año se espera una producción que superaría la marca de 1999, que alcanzó los 10.300 millones de litros. A esta altura del año la producción se perfila con un 10% por encima de la de 2005. En la evaluación de las entidades y de algunos sectores oficiales, el impuesto actualmente carece de argumentos para contener los precios en el mercado interno. Las retenciones se ubican hoy en un 15% para la leche en polvo y en un 10%, para los quesos de vaca.
La resolución por la cual se incrementó del 5 al 10 y el 15% el gravamen hace un año, y que supuestamente era transitorio, vence entre mañana y pasado. El Gobierno debe decidir, entonces, si prorroga esa normativa o si decide reducir el impuesto como reclaman las entidades del campo.
El anuncio de una eventual reducción del impuesto podría reservarse, según algunas versiones, para atemperar el efecto del paro agropecuario que comenzará el sábado próximo.