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tres días del cese de actividades del Frigorífico Alberdi –el más importante de la costa del Paraná, poseedor de 330 toneladas de cuota Hilton y principal fuente de trabajo de la zona– dos sentimientos se pueden palpar entre los empleados de la planta y los habitantes de Oro Verde: incertidumbre y preocupación.
La decisión del presidente Néstor Kirchner, de suspender por dos meses la exportaciones de carne vacuna en su lucha por lograr el descenso del precio del principal alimento de los argentinos, tuvo derivaciones que afectaron a los casi 40.000 empleados que agrupa la actividad frigorífica en el país.
Puntualmente en Oro Verde, tanto los empleados del frigorífico como los comerciantes y las autoridades comunales expresaron sus dudas acerca de cuánto podría llegar a extenderse el conflicto y cuándo y cómo cobrarían sus salarios. Este último punto es el que más preocupa a los trabajadores, que a pesar del compromiso del Estado nacional de asistir con un subsidio que garantiza el pago de 200 horas por un monto mensual de 1.000 pesos según la categoría, dudan si se concretará puesto que hasta ahora no han cobrado nada y todavía la empresa les adeuda una quincena. Así, avizoran que tendrán dificultades para cumplir con compromisos adquiridos antes de la decisión presidencial, como alquileres, cuotas, impuestos y servicios, entre otros gastos.
La posición de los trabajadores
Hablaron Ernesto Morillo, delegado del sector desposte; Juan Sejas y Julio Dechant, de la sección faena del Alberdi. El delegado recordó que desde que se conoció “la resolución del Presidente empezamos a decaer en el trabajo; menos faena, menos cuarteo y desposte”. Morillo mencionó el caso de empresas exportadoras que inmediatamente de conocida la medida “cerraron automáticamente con la garantía horaria, aunque nosotros seguimos porque teníamos que cumplir con una parte de cuota Hilton, pero ahora se nos cortó y nos quedamos sin trabajo”.
En lo que significó el comienzo de una situación en la que no se vislumbra ninguna certeza para los trabajadores, más que la tensa y preocupante espera de que el conflicto no se extienda más allá de los dos meses previstos, Morillo manifestó: “A partir de mediados de esta semana nos quedaremos sin ingresos y con lo único que contamos es con la expectativa de que el Gobierno subsidie a la gente, pero de esto último hasta el 19 no teníamos nada confirmado”. En ese sentido informó que ese día, en una reunión en el Ministerio de Trabajo en Buenos Aires, se logró el acuerdo de subsidiar la actividad que firmó la ministra de Economía, Felisa Miceli, aunque restaba la firma del Presidente que promulgara el decreto.
La Administradora Nacional de Seguridad Social de la Nación (Anses) será el organismo encargado de concretar el pago de los salarios caídos. En ese sentido, los trabajadores temen dilaciones en el cobro y conjeturan que, de hacerlo con cheques, les generará otros trastornos.
Por su parte, Dechant, vive una situación familiar especial puesto que su padre y dos hermanos trabajan junto a él en el frigorífico. “Todavía no sentimos las consecuencias de la medida porque es muy reciente, pero estamos preocupados porque todos los días 5 y 20 de cada mes teníamos nuestras quincenas depositadas y, ahora que se vienen los vencimientos y hay que pagar las cuentas no sabemos qué vamos a hacer”.
A modo de paliativo para situaciones similares a la de la familia Dechant, un señor de apellido Cretón, que pasó por la planta para averiguar si habría alguna actividad, informó que se estaban entregando vales de 50 pesos en el frigorífico. Lo exiguo de la cifra motivó que los trabajadores se pregunten: “Ahora que cierra la quincena y la gente está acostumbrada a pagar sus cuentas, ¿con 50 pesos qué se puede pagar?”
En espera
El cese de actividades del frigorífico generó preocupación entre los habitantes, que saben que la planta es la principal fuente de trabajo de la localidad. En ese sentido, el intendente Carlos Smith sostuvo: “Estamos muy preocupados por el cierre sorpresivo de la planta que afectó a casi 200 personas, y además, porque no sabemos hasta cuándo se extenderá el conflicto. Esto genera mucha incertidumbre”. El funcionario informó que le envió notas al gobernador, Jorge Busti, y al presidente, Néstor Kirchner, informándoles de la situación y para que se habiliten los espacios para rever la medida.
Por su parte, Daniel Detler, propietario de un importante minimercado, señaló que “todavía no se ha notado mucho el impacto del cierre del frigorífico, pero seguro que con el correr de los días se va sentir”.
Mencionó que el viernes vencían algunas libretas de empleados del frigorífico que simple pagaban en término y por esta circunstancia especial no han podido hacerlo. Detler coincidió con los demás entrevistados en que la preocupación es grande y va en aumento, puesto que indicó “la mayoría de los empleados del frigorífico son de Oro Verde”.
El subsidio
Morillo explicó por qué consideran insuficiente al subsidio otorgado por el gobierno nacional. Al respecto mencionó que sólo cubre el sueldo básico y de los días que se trabajen, según lo disponga la empresa, y ésta se hará cargo de pagarlo.
“Nosotros necesitamos trabajar porque el básico nos sirve para cubrir el mínimo de gastos que tenemos”, señaló. En ese sentido añadió que “con la exportación podíamos hacer horas extras, pero ahora se cortó esa posibilidad. El Gobierno subsidia el básico que, a valor hora, es 4 pesos el inicial, por lo que las 200 horas que aquel garantiza significan 800 pesos, más 100 pesos de asistencia hacen 900; cuando una trabajador con horas extras normales ganaba entre 1.200 y 1.400 pesos mensuales”, agregó el delegado del sector desposte del Albertid.
Igualmente Morillo sostuvo que el subsidio “es una ayuda, no es una limosna puesto que hay gente que lo percibe así, que estamos subsidiados como un plan trabajar, pero esto no es así”. Y destacó enfáticamente que “la gente está acostumbrada y quiere trabajar”.
Un reclamo de igualdad
El clima de desamparo ante la situación parece trasladarse de un sector a otro, entre quienes continúan prestando servicios y la gran masa de trabajadores que quedaron sin tareas y respiraron con algo de alivio tras conocerse que en los primeros días de mayo cobrarían la garantía horaria.
El sector sindical de San José trabaja por estas horas para lograr el equilibrio que permita la igualdad de trato para todos los empleados.
“Es un tema que estamos tratando de resolver”, manifestó José Naya, secretario general del sindicato de empleados del ex frigorífico Vizental.
San José no es una localidad grande, por lo que este cierre temporal que sufre el frigorífico afecta a toda su población de forma directa o indirecta.
El sueldo promedio de los empleados de Swift ronda los 1.300 pesos mensuales, lo que habla de un impacto importante sobre la economía de la ciudad.
El comercio se ha resentido, y los efectos ya se aprecian en forma concreta. “En este barrio hay unas 15 ó 20 familias que trabajan ahí, y si bien han dicho que van a cobrar igual, cada uno de ellos cuida los gastos, por las dudas”, afirma Vilma, propietaria de un minimercado sobre la calle Junín.
“Buena medida”
Elvio Evequoz trabajó durante 20 años en Vizental, y lleva tres en Swift. Hace una semana que está en su casa sin trabajar. Pese a su situación, señala que la medida del gobierno nacional no es mala, “si es que efectivamente baja el precio de la carne”, al tiempo que agrega que se siente respaldado por la empresa, el sindicato y el Gobierno.
“Vamos a esperar a los primeros días de mayo para ver si realmente cobramos lo que nos han dicho. Por ahora todo es incertidumbre”, recalcó. (Fuente: Diario UNO)