C
uando un fideicomiso controlado por el Banco Nación en un 99 % y la Fundación Banco Nación con un 1 % se hace cargo del Banco de Entre Ríos SA, luego de la creación del Nuevo Banco de Entre Ríos SA, se genera un residual del Banco de Entre Ríos SA que debía liquidar los activos y pasivos que no fueron transferidos a la nueva entidad, adquirida luego por el grupo Ezkenazi.
En mayo de 2002, y por intervención del Banco Central de la República Argentina, el proceso de liquidación del residual fue encabezado por dos síndicos llegados desde Buenos Aires, mientras que los apoderados legales iniciaron acciones para obtener un concurso para el Banco de Entre Ríos SA, como sucedió con los anteriores Bisel y Suquía, en Rosario y Córdoba, respectivamente.
Con la decisión de la jueza, rubricada con fecha 20 de marzo de 2006, la liquidación queda ahora en manos de un síndico judicial, que deberá liquidar los activos disponibles y saldar las deudas que aún se mantienen.
“No tiene trascendencia jurídica, económica ni social para el Nuevo Banco de Entre Ríos ni para nadie. Es un hecho administrativo. Recién ahora llega la quiebra del Bersa, aunque se insistió en lograr un concurso durante cuatro”, reveló una alta fuente vinculada al proceso. Ante la pregunta sobre el volumen de bienes a liquidar o el monto de los pasivos, se describió que ya casi no queda nada. “Sólo algunos pasivos de otros bancos y viejos juicios con deudores, que casi son morosos incobrables”, se remarcó. (El Diario)