A
l fundamentar su solicitud, las entidades consideran que “es desesperante” la situación que atraviesa el sector agropecuario, la que tendrá en el “corto plazo” una “gran incidencia” en el resto de las actividades económicas del departamento.Las escasas precipitaciones y las altas temperaturas, aseguran, han provocado “un déficit hídrico” que generó “una gran sequía con daños de magnitud” en las explotaciones de la zona.
Los cultivos de maíz, por ejemplo, “ya están afectados en un 90 %”, mientras los de soja muestran “pérdidas de plantas y potencial de rendimiento de un 30 %”. Los cultivos de girasol y sorgo, en tanto, presentan “daños de magnitud” que podrían incrementarse.
Además de estos problemas, agregan las entidades, “deben contemplarse las pérdidas por la imposibilidad de siembra, estimadas en un 30 % de la superficie potencial del área cultivable”. “Es muy grave —remarcan— la situación de los arrendatarios que en muchos casos abonaron por adelantado parte o la totalidad del arrendamiento”.
En lo referente a la ganadería, “se han perdido praderas perennes consociadas y cultivos forrajeros, deteriorándose los pastizales naturales que al secarse son trillados por el pisoteo de la hacienda”. Todo esto “afectará la producción y provocará ventas forzosas para aliviar los campos que han perdido su receptividad”, advirtieron.
La gravedad de la situación “no admite demoras” para la declaración de la emergencia agropecuaria, subrayan.
El reclamo fue efectuado por el Centro Económico de San Salvador, la Federación Agraria Filial San Salvador, la Comisión Departamental de Fucofa y Codesa, la Federación de Entidades Arroceras Argentinas (Fedenar), la Cooperativa Arrocera de San Salvador, Acmaer, el Centro de Transportistas, la Asociación de Plantadores de Arroz, el Centro de Apicultores, el Colegio de Ingenieros Agrónomos, la Seccional Departamental de Médicos Veterinarios, y el Consejo Profesional de Ciencias Económicas Filial San Salvador.