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En primer lugar -recordó- bajaron las alícuotas del Impuesto Inmobiliario y Automotor. En el primero de ellos se ajustó además con criterio progresivo el avalúo de los inmuebles ya que el valor fiscal de los inmuebles de las categorías constructivas más altas estaban extraordinariamente atrasados lo que constituía una situación de injusticia tributaria inadmisible para este gobierno. En tanto que se ajustó mucho menos (en el orden del 10 %) el avalúo de aquellos inmuebles de categorías más bajas.El resultado de estas dos decisiones es un esquema más balanceado en donde quienes tienen propiedades de mayor valor inmobiliario pagan proporcionalmente más que inmuebles de menor valor".
"Es más,- aseguró- por esta combinación de reducción de alícuota y e incremento de avalúos, miles de inmuebles de menor valor inmobiliario registraron una baja en el impuesto. Por tanto, ignoramos de dónde el periodista saca una cifra de "aumento" de impuestos provinciales del 60 %", dijo el funcionario.
Miraglio recordó que "algo parecido" ocurrió con Automotor. "Allí se redujo sustancialmente la alícuota y se actualizó el avalúo de los coches de entre 1991 y 2001 cuya ponderación fiscal estaba totalmente atrasada ya que se trataba de valores de la era del 1 a 1. El efecto final fue un incremento moderado del impuesto que está en línea con el valor patrimonial del bien para los propietarios de esta franja de vehículos, neutro para los vehículos más nuevos (cuyo valor fiscal es el del mercado actual) y se sacaron de padrón a los vehículos de más de 25 años (antes el plazo era 30 años)", expresó.
El funcionario aseguró que la evolución de la recaudación de impuestos provinciales tiene buena respuesta en los contribuyentes. "Vemos que el gobierno ha tomado decisiones correctas en términos de capacidad contributiva ya que si los impuestos aumentaran indiscriminadamente -esto es, aplicar un mismo porcentaje para todos los contribuyentes-, la recaudación global no evolucionaría como ha evolucionado", finalizó.