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erá una imagen recurrente, que va a dominar el escenario político en los próximos meses. El presidente Néstor Kirchner subirá a la tribuna electoral en no menos de tres oportunidades por semana, para protagonizar, de mínima, unos 30 actos de campaña a partir de mañana lunes hasta la elección legislativa del próximo 23 de octubre.Lo ha reconocido él mismo: Kirchner será eje de la estrategia de nacionalización de la cam paña del Gobierno, en busca de un triunfo electoral en todo el país que amplíe su base de representación en el Congreso y, al mismo tiempo, le permita reafirmar la hegemonía del Presidente puertas adentro del peronismo.
Un dato sobresale en medio de todo esto: el Presidente ya está en operaciones cuando aún falta exactamente un mes —el 24 de agosto— para el comienzo de la campaña electoral, según el calendario que dispone la Ley Nacional Electoral.
Después de la ruptura con Eduardo Duhalde y, por lo mismo, obligado a abandonar la consigna de plebiscitar la gestión, Kirchner se propone por estas horas conseguir en la elección de octubre entre un 41 y un 43 por ciento de los votos en todo el país, un resultado que lo pondría en el nivel de los obtenidos por Raúl Alfonsín (43,2, en 1985) y Carlos Menem (40,2, en 1991), en su primera renovación parlamentaria.
En los cálculos del Gobierno, resulta imprescindible una victoria en la provincia de Buenos Aires con no menos de un 40 por ciento de los votos, un guarismo que le aseguraría unos 18 diputados de las 35 bancas en juego por el distrito. Aún no ha dado a conocer encuestas.
El Gobierno sigue en dificultades en la Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe, segundo y tercer distrito del país en términos electorales. En el primero, sus mediciones hablan de paridad entre los candidatos del oficialismo, Rafael Bielsa; el ARI, Elisa Carrió, y la alianza de centroderecha, Mauricio Macri. En Santa Fe, la ventaja del socialista Hermes Binner parece indescontable para el justicialismo.
Kirchner iniciará mañana en Santiago del Estero la actividad de campaña dirigida al interior del país. Anunciará obras de infraestructura para la provincia, gobernada por un radical aliado, Gerardo Zamora.
La próxima agenda de campaña del Presidente alterna un viaje al interior y al menos dos traslados por la provincia de Buenos Aires. Esta semana, después del paso por Santiago, Kirchner tiene previsto encabezar un acto en Laferrere, en el municipio de La Matanza, el miércoles, y en Campana, el jueves. Se trata de dos distritos "amigos": el primero es gobernado por Alberto Balestrini, primer candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria bonaerense; Jorge Varela, alineado con el gobernador Felipe Solá, gobierna el segundo.
Antes, el martes, el kirchnerismo sacará a Cristina Fernández. Como ya informó este diario, el Gobierno decidió trasladar el acto en recordación de la muerte de Eva Perón desde José C. Paz a Berazategui, un bastión del duhaldismo, que dirige Juan José Mussi.
Kirchner ya estuvo esta semana en Campana y Lincoln, ambas de cuño duhaldista, lo que habla a las claras sobre el objetivo: desarticular lo que aún queda del aparato del PJ bonaerense.
Desde el Gobierno dicen que Kirchner seguirá la estrategia de la "campaña permanente", de la que el Presidente ha hablado en distintas tribunas esta semana, y defenderá su derecho a salir del despacho presidencial para recorrer el país, en lo que llama la "búsqueda de consensos".
El mismo esquema de campaña se repetirá la primera semana de agosto. Si bien aún no están confirmados los escenarios de los actos bonaerenses, se sabe que Kirchner viajará el jueves 4 a La Rioja, donde compartirá tribuna con el gobernador Angel Maza, un reconocido ex menemista. El interés de Kirchner en ganar La Rioja no es secreto: allí estuvieron la semana pasada el jefe de Gabinete y el ministro de Interior con un robusto cheque para pagar el aumento a los estatales de la provincia.