E
l hecho de reducir las diferencias entre el felipismo y el duhaldismo a la cuestión partidaria supone la intención de sacar del centro de la discusión la dura pelea por el Presupuesto provincial 2005, un problema medular.
El gobernador envió un proyecto presupuestario a la Legislatura —de mayoría duhaldista—, ésta lo modificó recortando poder al Ejecutivo y luego Solá respondió con un veto, un gesto que lo ayudó a recuperar iniciativa.
El presidente Néstor Kirchner y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, han pedido por canales informales que cesen los gestos de hostigamiento en la principal provincia del país, atentos a un diagnóstico que dice que fronteras afuera esos tironeos se leen como desmanejos que afectan la gobernabilidad.
Al Gobierno nacional, por estos días, sólo le interesa atravesar con éxito el proceso de canje de deuda en default (81 mil millones de dólares) y reniega de cualquier turbulencia interna que enturbie esa apuesta decisiva.
Tampoco le hace nada bien ese clima hostil a Buenos Aires, que también debe iniciar el proceso de salida de su propio default.
Eduardo Duhalde, jefe del PJ bonaerense y cabeza de una legión de dirigentes que no quieren nada a Solá, ha pedido a los suyos que bajen el nivel de confrontación con el gobernador. El ex presidente sigue siendo un aliado de Kirchner y le escapa a la idea de quedar como un problema para que Argentina normalice su situación internacional.
En esa línea, hoy se reunirá la mesa de conducción del PJ provincial en la sede de Avenida de Mayo, en la Capital Federal. Encabezará el encuentro el diputado nacional José María Díaz Bancalari, titular formal del partido. De esa reunión saldría un pedido de audiencia a Solá para proponerle consensuar la fecha y las reglas que regirán las internas del peronismo bonaerense. Participarán duhaldistas de paladar negro como Hugo Curto, Baldomero Alvarez y Osvaldo Mércuri.
Desde el felipismo se anticipa el ánimo de recepción: antes que hablar del partido, el gobernador aspira a que el PJ legislativo decida si acepta o no su veto.
Las elecciones nacionales serán el 23 de octubre. Se eligen diputados y senadores. Es atribución del gobernador decidir si ese mismo día se realizan los comicios para los cargos provinciales (también diputados y senadores) y municipales (concejales y consejeros escolares). Antes de todo eso, los partidos, según la normativa vigente, deben elegir sus candidatos en internas abiertas, obligatorias y simultáneas.
Los duhaldistas, muy enojados con Solá, quieren ir a internas contra él para definir los cargos provinciales. Dueños del llamado "aparato", piensan que el gobernador no puede ganar. Esa relación está quebrada, a pesar de los gestos dialoguistas.
La pelea se inició cuando Solá, prácticamente sin juego en los temas importantes del PJ, lanzó una línea interna muy crítica de los modos de hacer política de los duhaldistas. Eso fue en diciembre. La tensión llegó al punto máximo durante los primeros días de enero, cuando Solá vetó el Presupuesto que le había votado la Legislatura, denegándole superpoderes, engordando el gasto y procurando influir en las decisiones sobre la obra pública.
El propio Kirchner tuvo que interceder: en Francia, durante su última gira, designó a Díaz Bancalari como una suerte de mediador entre el gobernador y el duhaldismo duro.
La reunión de hoy en el PJ aparece como respuesta a la orden de Duhalde de bajar el tono de la disputa con Felipe y a la necesidad del Presidente de no tener ruidos en la política doméstica.
