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a fábrica Coceramic entró en concurso preventivo de quiebra, a causa de la abultada deuda que arrastra desde hace años y aún no puede cancelar. Según informó Carlos Lencina, secretario del consejo de administración, ahora la Justicia deberá designar un síndico, que será quien se haga cargo de la gestión administrativa y actuará como intermediario con los acreedores.
“Hay dos caminos: la mejoría o la quiebra directamente”, contó Lencina con preocupación.
Los trabajadores pidieron que el gobernador Jorge Busti realice gestiones ante el Banco Nación para que se les conceda un crédito y hacer frente a la deuda. Sin embargo, para el diputado radical Fabián Rogel, “falta voluntad política” para conseguir el préstamo.
La entidad nacional negó el financiamiento debido a la precaria situación jurídica de la tradicional firma de la capital entrerriana, dedicada a la elaboración de tejas y ladrillos.
Los empleados, enrolados en una cooperativa, mantienen abierta la fuente de trabajo y aspiraban a levantar embargos y superar la situación coyuntural.
No obstante, “el Banco pedía demasiados requisitos que no pudimos cumplir”, reconoció Lencina ayer.
Más de 73 familias que trabajan en la fábrica y que aún apuestan por su recuperación están preocupadas por su futuro laboral. La empresa arrastra una deuda de gestiones anteriores, sobre todo por cobro de honorarios de profesionales o préstamos de dinero, que supera los 700.000 pesos.
Lencina dijo que en 1999 la empresa cayó en manos de administradores que realizaron una vaciamiento, hasta que los trabajadores les cerraron la puerta, y “allí comenzó una cascada de problemas”.
Ahora esos antiguos administradores están reclamando el pago de honorarios judiciales e incluso la devolución de dinero que habrían prestado a la fábrica.
“Hace 6 años que se están pagando los honorarios y la cancelación de deudas con proveedores. Todo el dinero que entraba a la cooperativa primero se destinaba a cancelar esas deudas para frenar remates y secuestro de maquinarias”, contó Lencina. “Ahora no podemos frenar más los remates”, lamentó.
Así las cosas, ahora apuestan a una salida política y una gestión “acertada” del síndico.