E
ntre Ríos ya cumplió con los deberes y está en carrera para ingresar a un plan de inversiones en escuelas rurales de toda la provincia con financiamiento del Banco Mundial, que apunta primordialmente a dotarlas de la infraestructura necesaria, a capacitar al personal directivo y supervisores, y a mejorar la infraestructura educativa general.
La luz verde la obtuvo en noviembre de 2004, cuando se presentó un informe detallado de un relevamiento de necesidades, aunque la certeza de que la provincia podría estar incluida en el programa de financiamiento se consiguió recién en febrero de este año. Y si todo marcha tal cual lo previsto, se estima que hacia septiembre próximo el Gobierno nacional podría estar firmando el acuerdo respectivo con el órgano de crédito internacional.
En junio último estuvo en Paraná Leonardo Palladino, de la Unidad de Financiamiento Internacional del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, quien llegó a la provincia con la misión de monitorear el grado de avance del área de educación de Entre Ríos en el proyecto Apoyo al Mejoramiento de la Educación Rural, Técnica y Formación Profesional.
El funcionario nacional destacó que Entre Ríos viene trabajando el tema desde fines del año 2004, ha cumplido con todos los informes, por lo que, junto con otras provincias, fue considerada “elegible”. En lo que va del presente año, se dijo oficialmente, se cumplimentó un trabajo integral de relevamiento, información estadística y de realización de estudios de sustentabilidad del proyecto. Ahora, resta esperar que el Banco Mundial dé el visto bueno al país.
ASISTENCIA. En la coordinación local de ese programa está trabajando Elías Stang, asesor ad honorem del presidente del Consejo General de Educación (CGE), Oreste Felipe Ascúa, quien tiene vasta experiencia en lo que son los programas de mejoramiento de la educación rural. Stang es además docente universitario: tiene a su cargo la cátedra Sociología y Extensión Rural en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
Stang dice que el programa de financiamiento tuvo un inicio curioso: el Gobierno de Japón hizo una donación a la República Argentina en 1999 que el país nunca ocupó. Cuando Néstor Kirchner llega a la Presidencia, y lleva consigo a Daniel Filmus como su ministro de Educación, se rescata del olvido aquel donativo, pero se le da otro fin, distinto al que tenía originalmente. “Era para cinco provincias, y no entraba Entre Ríos. La gestión Filmus hizo todos los trámites necesarios, y lo convirtieron en un crédito para hacer estudios de factibilidad para conseguir un préstamo del Banco Mundial para todo el país. Con el crédito japonés se pagó la asistencia técnica para elaborar ese proyecto”, dice.
OBJETIVO. El financiamiento que dará el Banco Mundial irá destinado “fundamentalmente para equipamiento, tanto informático como de laboratorio. Además, se apunta a subsanar la falta de una red de comunicación entre las distintas direcciones departamentales de Educación. Aspiramos a que, con este crédito, las departamentales queden debidamente equipadas. Y para eso hay que capacitar a la gente. La Remington no existe más. Hay una tarea de capacitación y reconversión que hacer”.
De todos modos, subraya Stang, los fondos que se consigan no podrán destinarse a construcción de edificios nuevos. “El Banco Mundial impone condiciones, y entre éstas, está que el dinero para infraestructura no debe ser utilizado para construcción de aulas y edificios. En caso de construcción, será sólo lo que demande la instalación del nuevo equipamiento, como salas de informática o dependencias para laboratorios”, añadió. (El Diario)