E
l exceso de agua en el último mes, los bajos precios en el mercado interno, el freno que sufrieron las exportaciones y los vaivenes de las políticas oficiales son cuatro factores que confluyeron para complicar este mes el panorama de los productores de citrus.Un kilo de naranjas o mandarinas se paga 1 peso en las góndolas, pero el productor sólo recibe entre 7 y 10 centavos, y si envía la producción a fábrica de jugos sólo recibirá de 5 a 7 centavos pero con la carga en la puerta de la planta.
Los márgenes de rentabilidad son exiguos y se suma un clima adverso con lloviznas y chaparrones.
En cualquier caso, la cosecha de los cítricos se paraliza durante semanas en las 42.000 hectáreas de frutas del Nordeste. Los predios se ven con plantas cargadas, pero sin cosecheros, por el pésimo estado del tiempo. Eso perjudica a los propietarios, que están registrando frutas en mal estado y demorando los envíos a los mercados concentradores. También afecta a los obreros, porque en general no son empleados permanentes, sino jornaleros.
Y ahí no se agotan los problemas. "Una cierta saturación de frutas en Europa obligó a ingresar en el mercado argentino un volumen que debía ser exportado, y eso provoca un exceso de oferta que aplasta los precios. No olvidemos que de las exportaciones participa menos del 15% de los productores, y el 85% restante trabaja con el mercado interno", dijo el productor Gustavo Cechetto, de Villa del Rosario.
Es que el crecimiento de las exportaciones experimentado en 2004 no benefició necesariamente a todos.
"Nosotros teníamos expectativas, pero en estos días los citricultores no están viendo más que lluvias, imposibilidad de cosechar, bajos precios, y amenazas de inspecciones laborales; el comentario es que estamos en el mismo nivel que cuando teníamos el uno a uno", apuntó, y anunció que se prevén manifestaciones con reparto de volantes en las próximas semanas, para denunciar la situación.
Cancrosis, otro obstáculo
Para el productor Héctor Toller, de Federación, "la situación se complica cada vez más: sufrimos la saturación de frutas y los bajos precios en el mercado interno, el bajo consumo; 43 días de lluvias y humedad que nos dificultan la cosecha" enumeró.
A esto se suma, para el productor, la ausencia de "reglas claras desde el Senasa" para exportar. "Este organismo no termina de definir reglas de juego, cada tres o cuatro días cambia las normas y no nos podemos poner de acuerdo, si seguimos así vamos a perder un 50 % de la cosecha", estimó.
La cuestión sanitaria ya es un obstáculo. "El Senasa va camino a definir el concepto de finca libre de cancrosis (una enfermedad que deforma la piel de la fruta), y sabemos que en Entre Ríos es imposible por el clima que tenemos. Nosotros pretendemos que nos dejen trabajar no con finca libre sino con caja libre. Desde hace años garantizamos que no fuera cancrosis en fruta a Europa, porque tenerla acá no significa que los vayamos a contagiar", precisó.
"Hacemos un buen trabajo en la cosecha, en el empaque, y revisamos una vez que la fruta está en la caja. El mismo Senasa revisa porque puso inspectores en los empaques y los puertos", apuntó Toller.
Pero los acuerdos se demoran, el tiempo pasa y los productores medianos y pequeños terminan derivando todas las frutas al mercado interno, a bajos precios.
"Hicieron la devaluación y no tomaron ninguna medida para acompañar, hoy se consiguen créditos al 7 % anual, pero el productor no puede refinanciar con el Banco Nación por menos del 21 por ciento. Los gobiernos se van en promesas y no vemos perspectivas de mejoras", denunció Toller.
La fruta llega a 6 o 7 pesos por caja de 22 kilos al mercado, pero tiene 4 pesos de costo del empaque a la góndola, incluyendo las comisiones.
Siete centavos por kilo
"Los productores recibimos entre 7 y 10 centavos el kilo, pero en cualquier mercado se vende a 80 centavos o un peso el kilo", insistió Toller y lamentó también que los sectores políticos no hayan avanzado en un sistema para facilitar la toma de changarines los días de zafra. "Con tantas jornadas sin poder trabajar, el día que sale el sol necesitamos duplicar la cantidad de obreros y no hemos logrado un acuerdo para encuadrar a ese personal dentro de la ley", afirmó.
Las visitas de inspectores de oficinas laborales e impositivas de la nación y la provincia provocaron roces el año último y se anticipan nuevas tensiones para el actual, por las diferentes visiones de productores, gremialistas y políticos en torno al empleo.
El citrus genera muchas fuentes de trabajo para sectores no calificados, y eso mismo enfrenta a los sectores. Los productores sostienen que el estado castiga a los que más empleo generan y que los políticos no toman conciencia del estado de la fuerza laboral a la hora de elaborar las leyes.
El director provincial de Trabajo, Oscar Balla, afirmó que en la campaña de regularización que inició el organismo a los efectos de combatir "el trabajo en negro" en la zafra de 2004, se detectó que más del 60 por ciento de los trabajadores constatados no estaba registrado.
Más de cien variedades para todos los gustos
Actualmente en Entre Ríos se están cosechando mandarinas tipo Criolla, Dancy, Nova y algunas Clementinas. La Criolla es una fruta medio rugosa, bastante ácida, y no exportable, porque no aguanta los tiempos entre el proceso y el destino. La Dancy, en cambio, es la más roja, de muy agradable sabor. Tampoco se exporta casi, pero se consume bien en Córdoba y Cuyo. La Nova sí es de exportación (como las Clementinas) porque su cáscara roja es fina, resistente, y su pulpa de mucho aguante, con un sabor algo parecido a la criolla.
Entre las naranjas se cosechan en esta época las de jugo y las de ombligo. Estas son sólo algunas de las 45 variedades de naranjas, 36 de mandarinas y 23 de pomelos, limones, limas y quinotos que son cultivadas en 42.000 ha de los departamentos de Concordia y Federación.
No todas las noticias son agrias en este rubro. La Federación del Citrus de Entre Ríos informó que se liquidaron los subsidios a productores citrícolas afectados por las heladas en 2004. Resultaron beneficiarios quienes registraron hasta veinte hectáreas en condición de desastre agropecuario, con un aporte de 449.500 pesos divididos entre 161 citricultores, es decir, un promedio de 2790 pesos cada uno. Esos 161 productores son menos del 10 % del total de 1780 citricultores que poseen aquí 2362 quintas y que se reparten por mitades entre naranjas y mandarinas, con sólo 1000 ha para el resto de los agrios.
Más del 74% de los productores se agrupan en Federación y el 25 % en Concordia. El 63% de las quintas de Federación tiene menos de 15 hectáreas, y el 82,5% menos de 25 hectáreas. Sólo el 2% de las quintas supera las 100 hectáreas. Este desarrollo sobre minifundios genera intensa actividad en la zona, considerando que el citrus da un empleo cada tres o cuatro hectáreas. (La Nación)