S
egún hizo notar, “el CGE es un órgano colegiado, que integran un presidente y cuatro vocales. Es un órgano de conducción técnica de la educación; no fija políticas. Dice cómo podemos alcanzar los objetivos que la política nos indica. Los que fijan la política educativa son los representantes del pueblo: el gobernador, los legisladores.Desde el Consejo, nosotros fijamos cómo se hace esto; hacemos la construcción técnica y es un cuerpo colegiado, por lo que me parece un atrevimiento decir lo qué pienso hacer”.
El designado presidente del Consejo General de Educación (CGE), Oreste Felipe Ascúa, aseguró que “vengo a ser la continuidad de la política educativa del gobierno del doctor (Jorge) Busti”, en función de lo cual se reunió esta mañana por primera vez con el primer mandatario y el ministro de Gobierno, Justicia, Educación y Obras y Servicios Públicos, Sergio Urribarri, para “compatibilizar” ideas y “construir el equipo”, según precisó.
Al término de la reunión, el futuro funcionario -que aguarda la aprobación de los pliegos por parte del Senado para asumir-, dijo que “abordamos lo más importante que, según mi visión, debíamos empezar a trabajar en la gestión que se iniciará”.
En ese sentido, puntualizó que “hablamos del nivel inicial, del nivel primario, de la necesidad de fortalecer muchísimo la atención de los chicos muy humildes que no tienen destino. Es decir, trabajar fundamentalmente en una calidad de educación para todos, pero la mejor para los más pobres. Esta es la línea que el gobernador desea y que tanto yo como el ministro Urribarri compartimos totalmente”, acotó.
En ese marco, precisó que coincidieron en “la necesidad de apuntar con todas las fuerzas a la educación de adultos, entendiendo por ellos, no lo que la edad cronológica quiere decir, sino a chicos de 12 , 13 y hasta 25 y 30 años que han quedado excluidos del sistema, sin posibilidades de desarrollo de ninguna naturaleza”. Esto porque “quien no puede trabajar, quien no está preparado para manejar la tecnología de estos tiempos está excluido de vivir con dignidad”.
En ese punto, surgió la “necesidad de trabajar esto con todos los sectores involucrados en el sistema educativo: padres, universidad tecnológica, facultades de bioingeniería, de informática, sectores vinculados a la producción. Es decir, extender el círculo que comprende a las instituciones vinculadas a la educación, sacarlos de nosotros los docentes y agregar otros sectores que deben estar involucrados. No hay educación posible si esto no se transforma en política de Estado y en políticas que nos comprometan a todos”, subrayó.