E
l primer mandatario, acompañado por el vicegobernador Guillermo Guastavino; los ministros de Gobierno, Justicia, Educación y Obras y Servicios Públicos, Sergio Urribarri, y de Economía, Hacienda y Finanzas, Diego Valiero, y el secretario de la Producción, Daniel Welschen; analizó junto a Elizalde la orientación que tendrá este Instituto creado recientemente por el decreto Nº 2507 del Poder Ejecutivo provincial que funcionará en el edificio del antiguo hospital Pasteur, en Avda Ramírez y López y Planes.
“Es un déficit importante el que arrastra la provincia en cuanto a que no hay controles bromatológicos adecuados desde hace varios años”, consideró el nuevo funcionario al término de la reunión. Por esta razón, se profundizará “en forma perentoria la tarea de control de alimentos en tránsito, de los que se producen y de los que salen o ingresan a la provincia”, resaltó Elizalde antes de recordar que “es nuestra función controlar que el alimento que llegue a la boca de expendio y al consumidor tenga la calidad necesaria para ser consumido”.
En este marco, consideró que una de las premisas para lograr un eficiente funcionamiento del Instituto, y de la que se habló durante el encuentro de esta mañana, es “la profesionalización del área”. De inmediato enumeró: “Tenemos en la provincia una Facultad de Agronomía con cátedra de Bromatología, una de Ciencias de la Alimentación y una de Bromatología, por lo que resulta obvio que el Instituto debe estar profesionalizado”.
Al respecto, anunció que se aplicará un sistema de pasantías que permita relacionar la actividad del Instituto con el ámbito universitario”.
Consultado sobre la capacitación al personal de planta del área, Elizalde refirió que “estamos diseñando un plan de capacitación en dos aspectos: el profesional propiamente dicho y otro destinado a desarrollar junto con los municipios, juntas de gobierno y comisiones vecinales cierta capacitación para que los productos salgan con una elaboración acorde a las leyes vigentes”.
Proyectos
El funcionario dio cuenta además de algunos proyectos a desarrollar desde el área vinculados a los alimentos decomisados. Sobre ello comentó que “uno puede detectar alimentos que están en mal estado que deben ser destruidos o alimentos que no cumplen con algún requisito legal pero que son aptos para el consumo”.
En este último caso, la idea que planteamos es que, más allá de la multa correspondiente “logremos destinar esos alimentos en buenas condiciones a los comedores escolares o a los hospitales”.
Cabe señalar que el Instituto de Control de Alimentación y Bromatología comenzará a funcionar en el edificio de Avda Ramírez una vez que sea refaccionado. “La construcción no está en buenas condiciones y debemos recuperar el mobiliario que actualmente está en otras reparticiones”, explicó.
