L
a niña ingresó el 8 de enero de 1995 al nosocomio con fiebre vómitos y deshidratación. Los médicos residentes en el lugar optaron por hidratar a la beba, sin advertir que no eliminaba a través de la vía renal, lo que le produjo una lógica descompensación y acidosis terminal. Al no estar los jefes y especialistas en nefrología, los novatos profesionales siguieron aplicando tratamientos incorrectos que le produjeron la muerte en pocas horas.Fuente: Diario Uno.