La ex mujer del jefe de la banda narco involucró al intendente Sergio Varisco, a la funcionaria municipal Griselda Bordeira y a los concejales Emanuel Gainza, y Pablo Hernández en el negocio de la droga.
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a ex mujer del detenido Daniel Tavi Celis, Luciana Lemos, efectuó una ampliación de su declaración indagatoria el pasado viernes ante el juez federal Leandro Ríos en la causa por narcotráfico en la que se encuentran procesados el intendente de Paraná, Sergio Varisco, el concejal Pablo Hernández y la funcionaria municipal Griselda Bordeira, estos dos últimos detenidos. Declaró durante casi siete horas ante el juez Ríos y ello quedó reflejado en 30 páginas de expediente, según reveló el programa televisivo Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral).
Este miércoles, de forma espontánea y acompañada por la defensora oficial Mónica Mariela Nardi, realizó una segunda ampliación de indagatoria. En su primera presentación develó lo que significan las anotaciones de sus cuadernos ya que Celis le dio “órdenes expresas que no anotara los nombres” y afirmó que “Amigo X es Bordeira; Nacho es Varisco; Daniel es Hernández y Chino es Gainza. Cuando dice Nach es la persona que está en la Unidad Penal, de apellido Gómez”. Lemos contó además que “era empleada municipal desde octubre de 2016 (…) porque eran los contratos que le tenía que dar Varisco a Celis (…) porque Celis puso mucha plata en la campaña. El arreglo era que Celis le hacía la campaña y Celis se quedaba con la Unidad 2”.
También sostuvo que debía “cobrarle a Varisco una deuda de 2 millones de pesos que puso para la campaña” pero que “nunca me atendía Varisco sino Pablo Hernández, en la oficina de él. El primer día que fui y no me atendieron, se habían reunido Varisco, Bordeira y Hernández. Ahí llegaron a un acuerdo de que le iban a dar a Daniel Celis 50 mil pesos pero nunca cumplieron”. Su segunda presentación ante el magistrado fue para ampliar su indagatoria en el mediodía de este miércoles y se prolongó hasta la hora 15. En esta oportunidad, reveló que Varisco, Hernández, Bordeira y Gainza adquirían la droga “para repartirle a los que los iban a votar en la campaña, le armaban bolsitas y las repartían. Las armaban los que trabajaban en el Movimiento Vecinal del Oeste”.
Contó detalles de la forma en que se adquiría el estupefaciente, de cómo era la comunicación del intendente y los demás funcionarios con Daniel Celis en la cárcel, dijo que el tipo de relación que Celis tenía con Bordeira “era como de un matrimonio”.Según reveló el programa televisivo Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral), la primera declaración de Luciana Lemos –quien se encuentra con prisión preventiva domiciliaria- ante el juez federal Leandro Ríos fue el pasado viernes bajo el más estricto secreto y se prolongó durante casi siete horas. Allí reveló la forma en que le llegaba la droga y aseveró que “empezaron a traer más cantidad; me traían todas la semanas 15 kilos y una vez bajaron 20 kilos de cocaína. En septiembre del 2017 me dijo Celis que eran cinco kilos y desde ahí fue en aumento. Siempre fue cocaína”.
Sobre las anotaciones en los cuadernos que se secuestraron en su domicilio, afirmó: “Celis me decía que no anotara nada, pero yo anotaba igual (…) Me dio órdenes expresas que no los anotara con los nombres. Por ejemplo, Amigo X es Bordeira; Nacho es Varisco; Daniel es Hernández y Chino es Gainza. Cuando dice Nach es la persona que está en la Unidad Penal, de apellido Gómez”.
“Eran 6 kilos de cocaína los que iban ese día en la mochila. Se lo dejé a Bordeira en la oficina y me fui. Previo a llevarle la mercadería, yo ya tenía dos pagos de Hernández y Gainza, más 200.000 pesos de Bordeira, que en realidad debía 320.000 pesos. La diferencia de precio es porque Celis a ninguno le cobraba igual. A los precios los pone Celis”.
También hizo referencia a los contratos prometidos por Varisco a Celis, y aseguró: “Yo era empleada municipal desde octubre de 2016. Entré porque eran los contratos que le tenía que dar Varisco a Celis. Se los tenía que dar porque Celis puso mucha plata en la campaña. El arreglo era que Celis le hacía la campaña y Celis se quedaba con la Unidad 2 y tenía que darle las obras de asfalto, que tenía una empresa con (Cristian) Silva. Celis iba a manejar la Unidad 2”.
También reveló detalles de la forma en que se realizaban las negociaciones por la droga, los pagos y las entregas, así como diversos episodios entre Celis y Varisco: “En la campaña del 2015 Varisco se pasaba horas y horas, con Pablo Hernández, esperando en la puerta de la casa de Daniel Celis, para que lo atendiera. Y Celis no quería saber nada hasta ahí”.
“Un día me toca el timbre Celis, a la noche. Fue en agosto del 2015, antes de la fiesta de disfraces. Lo atendí y me dijo que tuvo una reunión con (Griselda) Bordeira y (el comisario Ricardo) Frank (…) Me dijo que Bordeira y Frank le habían dicho que ellos sabían que venía un camión por la ruta con marihuana y que lo dejaban pasar si iban mitad y mitad. Que Daniel tenía que guardarlo, porque sabían que andaba en ese ámbito. (…) Celis me dijo que no había arreglado, pero el camión llegó igual y era la misma mercadería que secuestraron cerca de la fiesta de disfraces. Recuerdo que lo habían trasladado en un carro del otro que quería hacer campaña en Diamante, que es el sobrino del hombre que le robaron; creo que es Leo Airaldi”.
“Un día estaba tomando mate y llega Varisco a casa, luego de un mensaje de (Pablo) Hernández (…) Celis estaba muy enojado dentro del dormitorio. Entró Varisco a la pieza y ahí discutieron fuerte. Celis tenía una pistola en la mano, yo me puse mal y me desmayé. Terminé internada en la clínica España. Y no lo mató a Varisco porque yo me desmayé y me tuvo que llevar a la clínica. Celis la pagó de su bolsillo (…) Cuando yo salí de la clínica me dijo que teníamos que ir a un asado con Varisco, en la casa de Silva. Se ve que en esos tres días habían solucionado todo, porque en el asado estaba Varisco con la novia”.
“Cuando Celis me decía ahí van los de Nacho a buscar, era gente de Varisco. Iba un hombre alto de tatuaje en los brazos, lleno de barba, pelo negro, corto, lacio y de piel blanca. Sabía que iba de parte de Varisco, porque Nacho era Varisco. A este hombre nunca lo vi en la campaña”.
“Celis me mandaba derecho a Varisco a cobrarle la deuda de 2 millones de pesos que puso para la campaña. No puso plata, sino que bajaba mercadería, la droga, para repartirla a la gente, así lo votaban a Varisco. También ocupaba plata en efectivo para carteles y demás o bolsones de comida que sacaban de la carnicería”.
“Nunca me atendía Varisco sino Pablo Hernández, en la oficina de él. Eso fue siempre así, desde septiembre de 2017, que empecé a ir a la Municipalidad. El primer día que fui y no me atendieron, se habían reunido Varisco, Bordeira y Hernández. Ahí llegaron a un acuerdo de que le iban a dar a Daniel Celis 50 mil pesos pero nunca cumplieron. Le tenían que dar durante todo el tiempo esa plata, mientras Varisco estuviera en el cargo. Si Varisco le daba 2 millones de pesos enteros, Celis no lo molestaba más. Y Celis, cada mes, le ponía intereses a esos 2 millones de pesos”.
“Me daban 30 mil pesos en efectivo a fin de mes, dentro de un sobre marrón y los otros 20 mil me los tenían que dar los días 15. Por eso se enojaba Celis; porque no me lo daban nunca. Por eso me dijo que vaya a la Municipalidad y que no saliera hasta que me atienda Varisco. Eso habrá sido entre el 20 o 22 de abril. Nunca me atendió Varisco, pero sí Bordeira y Hernández”.
“El día 27 o 28 de abril fui a la mañana a la Municipalidad y Bordeira me dijo que se iba a reunir con Varisco y Gainza, para ver qué arreglaban (…) Bordeira me agarró mi teléfono para que Sergio Varisco leyera todo lo que Celis me decía por teléfono (…) Al mediodía lo ví a Varisco, me le acerqué, lo saludé y se hacía como que no me conocía, como si fuera una extraña. Le dije que venía de parte de Tavi y me respondió que ya había hablado con Bordeira y no tenía nada que hablar conmigo. Me dijo ‘venite a la tarde’, que me iban a atender Bordeira y Hernández”.
“Yo volví a las 6 de la tarde a la Municipalidad y Pablo, que era el que traía la plata, llegó como a las 9 de la noche (…) Entre esa espera, Bordeira hizo video llamadas con Daniel Celis y hablaban como si nada por teléfono (…) Ahí Bordeira me dio 10.000 pesos y Pablo Hernández me traía 30 mil. Me dieron 40 mil en total. A eso lo anoté en la página 10 de mi cuaderno. Donde dice “40 Municipal”. (…) En la conversación que tuvo Bordeira con Celis fue que le dijo que Varisco le iba a conseguir un monotributo para entregarle toda la plata y se deje de joder”.
“Daniel Celis me decía los nombres que tenían que ser, porque no quería problemas con el Municipio. A él se le ocurrió que (en el cuaderno de anotaciones) Bordeira era “amigo X”, Varisco “Nacho”; Hernández “Daniel” y Gainza “Chino”. Gainza sólo me compró una vez”.
“Celis me dijo que se los llevara (a la cocaína) a la Municipalidad y ahí yo fui con una mochila. Fui directo a la oficina de Bordeira y ella me preguntó qué hacía allí. Yo tenía todo en la mochila. Bordeira bajó a la oficina de Pablo Hernández y de ahí salieron todos los que estaban en la oficina. Me hicieron pasar a mí y quedamos Bordeira y yo. Saqué las cosas de mi mochila y le dije que a mi casa no volvía con eso (por la droga). Se enojó conmigo porque yo se lo había llevado ahí y se la dejé. Ella ya me había pagado personalmente, en la Municipalidad 200.000 pesos por adelantado y así está escrito en la página 12 (del cuaderno). Ese dinero estaba en la mochila de mi casa”.
“Eran 6 kilos de cocaína los que iban ese día en la mochila. Se lo dejé a Bordeira en la oficina y me fui. Previo a llevarle la mercadería, yo ya tenía dos pagos de Hernández y Gainza, más 200.000 pesos de Bordeira, que en realidad debía 320.000 pesos. La diferencia de precio es porque Celis a ninguno le cobraba igual. A los precios los pone Celis”.
“Había llegado la mercadería y Daniel Celis no quería que esté en mi casa y que la repartiera enseguida. Le llevé un ladrillo de cocaína a Pablo Hernández. Me lo pagó ahí en su oficina de la Municipalidad y me demoré ese día contando la plata. Me pagó 160 mil pesos”.
“Yo lo llamé a Emanuel Gainza para que me solucionara el tema de la plata de la campaña, porque Daniel Celis también puso plata para la cena y la campaña de Gainza (…). Yo nunca le entregué ni droga ni plata directamente a Gainza, ni tampoco Emanuel me entregó plata a mí. Nunca traté con él. Todo lo que anoté respecto de Gainza fue por lo que me decía Daniel (…) Las veces que llevé droga al municipio le entregué a Pablo Hernández y Bordeira”.
“Cuando a mí me dieron el contrato en el 2016, figuraba perteneciente en la Subsecretaría de Promoción y Desarrollo Social. Fui a calle Colón y pedí trabajar pero no me atendieron (…) Se me hizo saber que yo pertenecía a Desarrollo Social de la (Candela) Carminio, de calle San Juan. Me fui allí, no me atendió la Carminio, le hago saber que era la mujer de Tavi Celis y ahí me atendió. Me dijo que me iba a pasar con (Roberto) Sabbioni. Me pasaron a calle Falconier, pero nunca me dieron un lugar dónde trabajar. Siempre cobré, pero nunca trabajé. Yo tenía recibo de sueldo y cobraba con tarjeta en el banco. A fin de mes cobraba entre 12 mil y 15 mil pesos; y por horas extras cobraba los días 15, entre 5.000 y 6.000 pesos. Tengo todos los recibos en mi casa”.
Cuando el fiscal le preguntó si “tiene conocimiento, dado su trato con Pablo Hernández, a qué pueden corresponder unos pagos realizados por Sergio Varisco al concejal por la suma de 20.000 pesos (del 3/12/17); 5.000 pesos (20/12/17); 9.000 pesos (7/1/18) y 10.000 pesos (12/1/18)”, Lemos respondió que “por la fecha y monto, me doy cuenta que es la plata que me entregó Pablo Hernández a mí, por dinero del municipio que me tenían que ir dando y no me daban. Yo a esa plata se la daba a Cholo (Celis, hermano de Tavi), para que se la diera a Fernanda (Orundes Ayala, ex mujer de Celis). Me la daban a mí porque Fernanda no podía salir de la casa”.
La ampliación
En la declaración de este miércoles, participó además del juez Ríos, la defensora oficial Mónica Mariela Nardi y el fiscal federal Mario Silva. El juez Ríos le pidió a Lemos que aclare el modo en que recibió los dos pagos de Hernández y Gainza que refiere haber percibido antes de entregarle la droga a Bordeira” a lo que la indagada explicó que “fue antes de que llegue la mercadería porque llegaba directamente para ellos, ya me habían pagado con anterioridad esos dos, el de Gainza y Hernández”. “Johan no me quería bajar mercadería porque se debían los 15 kilos, entonces siempre quería la plata antes por adelantado, antes de entregar la mercadería. Por eso me había dado Bordeira los 200.000 pesos y me habían pagado los de esos dos, de Hernández y Gainza; fue el chico tatuado a llevar la plata a mi casa, ese de barba grandote, el mismo que buscaba para Varisco. Yo sé que esa plata no era de Varisco porque Daniel me dijo que pagaba uno Gainza y uno Hernández”.
Ante la consulta del fiscal, respecto a cuánto se le cobraba a cada uno por la droga, especificó que “a Gainza 150.000 pesos y a Hernández 165.000 pesos por kilo de cocaína, la diferencia de precio entre uno y otro la ponía Daniel” Celis.
Agregó que a la droga “la trajeron después del 20 de abril” y respecto del pago de la misma dijo que “la plata viajó a Buenos Aires y al otro día llega la mercadería a las 7 de la mañana. Junté la plata de 165, 150 más los 200 que me había entregado Bordeira y esa plata es la que viajó, se fue con Wilber que le decimos Chakichan. Ese día vinieron seis kilos, que era lo acordado, uno para Gainza, uno para Hernández, dos para Borderia y dos para Varisco”.
Al ser consultada por Ríos por las iniciales que figuran al lado de los nombres en sus anotaciones, puntualmente “por qué figura CH al lado del apellido Gainza”, Lemos contestó: “Cuando yo fui a ver a Daniel, después de que lo apuñalaron, me dijo que tenía otro comprador que le íbamos a poner “Chino”, que cuando llegue el día que había que entregarle a Chino me iba a decir quién es, porque ahí no me dijo que era Gainza. Me dijo que era Gainza unos días antes que llegue la mercadería, me dijo “te acordás de chino chino chino” y yo le dije que no, y me decía “chino chino chino” y ahí yo le dije ah sí, ya sé, bueno me dijo Gainza tenés que visitarlo, y ahí fue que conseguí el número de Gainza que me lo pasó Hernández porque yo se lo pedí. Primero, fui a la oficina de Pablo porque yo no sabía cuál era la de Gainza, Pablo me explicó y ahí fui a la de Gainza que no estaba. Volví a bajar a lo de Pablo y ahí le pedí el número de teléfono y si me lo podía dar. La oficina de Pablo está abajo y la de Gainza arriba”.
Consultada sobre el modo y el medio por el cual Daniel Andrés Celis se comunicaba con Varisco, Bordeira, Gainza y/o Hernández, respondió que “iban los que ellos mandaban a Federal, otras personas que pedían por otro interno, porque hay que pedir por dos internos, por ejemplo si iba yo lo hacía con otra persona, la otra persona pedía por Daniel y yo pedía por Sosa, debe haber sido antes del cumpleaños de Daniel el 12 de febrero, y después nos juntábamos los cuatro en el salón de visita, y ahí Daniel podía hablar con cualquiera en el salón de visitas. El tema era que Daniel no quería que quedara registrado que la gente que iba por Varisco, Bordeira, Hernández o Gainza, pidieran por él, por Daniel. Es más, varias veces Daniel me hizo bajar del auto del Cholo en la terminal para que yo llegara al penal en remis porque Daniel no quería que se dieran cuenta que llegábamos juntos, y yo tenía que pedir por otro interno. La visita es así, como sos de afuera podía ir cualquier día, vos lo pedías al interno y te lo daban y todo queda anotado en el libro de la guardia, yo firmé el libro, no solo saqué a Daniel sino también a otros internos”.
Interrogada respecto del trato personal que tenía Daniel Andrés Celis con Griselda Noemí Bordeira”, Lemos refirió que “él le decía “Gri” y ella le decía “Hola Tavi”, era como un matrimonio, se cagaban a puteadas y al rato seguían hablando como si nada. Bordeira fue varias veces a comer a la casa con Daniel y hasta le sacaba a pasear al hijo Teuco, lo llevaba al shopping o al centro, por eso digo tenían una relación como marido y mujer”.
Ante la consulta respecto de “para qué Varisco, Hernández, Bordeira y Gainza adquirían la droga” contestó que era “para repartirle a los que los iban a votar en la campaña, le armaban bolsitas y las repartían. Las armaban los que trabajaban en el Movimiento Vecinal del Oeste. Esto lo sé porque yo estaba ahí y veía lo que pasaba, me refiero a la campaña 2015. Se repartía en todos los barrios donde ellos iban. Lo de los 6 kilos, no sé qué pasó con eso, creería que era para lo mismo”.
La imputación
El juez Ríos sostiene en su imputación que “entre los primeros días del mes de septiembre de 2017 y 2 de mayo de 2018, los ciudadanos Daniel Andrés Celis (alias “Tavi”) (organizador/proveedor/financiador), Luciana Ernestina Lemos (alias “Lu”, “Lupe” o “Lupita”) (colaboradora/asistente), Eduardo Humberto Celis (alias “Narigón” o “Cholo”) (almacenador/colaborador/asistente/vendedor), Nahuel Jonatan Eduardo Celis (colaborador/asistente), Wilber Figueroa Lagos (alias “Tío” o “Pariente”) (proveedor), Juan Manuel Gómez (alias “Nacho”) (adquirente/revendedor), Jonathan Jesús Heintz (adquirente/revendedor), Sergio Fausto Varisco (financiador/adquirente), Griselda Noemí Bordeira (adquirente/ colaboradora), Héctor Pablo Hernández (adquirente/colaborador), Ernesto Ramón González (alias “Gonza”) (adquirente/colaborador) y Alan Nicolás Viola (colaborador), comercializaron de manera conjunta y organizada –entre sí y con personas cuya identidad y rol aún no se ha podido establecer– estupefacientes cocaína en diversas cantidades, asumiendo y ejerciendo diversas funciones de organización, financiación, provisión, distribución, aprovisionamiento, almacenamiento, abastecimiento, venta, reventa y compra del referido tóxico a distintas personas en la ciudades de Paraná y Concordia de la provincia de Entre Ríos y desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.