Se trata de una investigación sobre crianza respetuosa, sensible y saludable. Es un estudio innovador en el país y en Latinoamérica. Se eligió a La Histórica por considerarse una ciudad pionera en políticas de primera infancia.
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nicef
y la Universidad Torcuato Di Tella en Concepción del Uruguay, realizaron un
estudio inédito en el país en torno a la crianza infantil, el cual se
desarrolló en La Histórica, considerada una ciudad pionera en políticas de
primera infancia.
Esta
trayectoria en el área de niñez que hizo que la localidad entrerriana sea la
elegida para llevar adelante la investigación que fue titulada “Hacia una
crianza respetuosa, sensible y saludable de niñas y niños de 0 a 6 años”.
Al mismo tiempo, la ciudad está adherida al proyecto de Municipio Unido por la Niñez y la Adolescencia (MUNA), una iniciativa de Unicef que funciona en más de cien localidades e impulsa acciones para favorecer a chicas y chicos de distintos puntos del país.
El
objetivo principal de la investigación fue proporcionar información que
colabore en promover prácticas de crianza positiva en torno a la salud, la
alimentación y la educación. Al respecto se pronunció Luciana Lirman, oficial
de Comunicación para el Cambio Social y de Comportamiento de Unicef y
coordinadora de la investigación, quien detalló: “Trabajar la crianza positiva es
una manera de abordar preventivamente situaciones de violencia”.
Cabe
destacar que, entre los resultados más relevantes, el estudio mostró
una alta prevalencia de prácticas violentas en la crianza, donde el 78% de las
personas cuidadoras cree que gritarles a niñas y niños “a veces es inevitable”,
y el 58% admite haberlo hecho en el último mes.
En tanto, el maltrato físico (incluso con objetos contundentes) sigue presente. El 18% reconoció haber golpeado con la mano en el último mes y el 4% con un objeto. Además, el 12% considera que los adultos tienen derecho al castigo físico.
De acuerdo a lo que consigna elDiarioAR, por más que los datos demuestran que la violencia está naturalizada, Unicef advierte que los golpes y los gritos no son una forma de enseñar. La violencia, en cualquiera de sus formas, es una vulneración de derechos y tiene consecuencias en el bienestar y desarrollo de los chicos y chicas.
Luciana Lirman.
Los resultados también corroboran las cifras nacionales disponibles. Según la última Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes de Unicef de 2020, el 59% de chicas y chicos del país de entre 1 y 14 años experimentaron prácticas violentas de crianza.
A su vez, la investigación en Entre Ríos identificó patrones específicos que profundizan esta problemática. Por ejemplo, la violencia hacia niñas y niños se intensifica en hogares donde hay violencia entre adultos, habitualmente desde el varón hacia la mujer.
Además, el 65% de las cuidadoras que sufrieron violencia en su niñez reportan gritar a sus hijas e hijos, versus 49% de quienes no la sufrieron, y solo el 55% de las personas encuestadas conoce que el castigo físico está prohibido por ley, según el artículo 647 del Código Civil y Comercial de la Nación.
“Fue muy elevado el porcentaje de quienes desconocen el artículo del Código Civil. Es un porcentaje para atender, por eso planteamos con el municipio la estrategia de realizar talleres con cuidadores para resolver la falta de información”, remarcó Lirman.
El estudio se construyó en diferentes fases de trabajo de campo entre agosto y diciembre de 2023. Luego, durante el 2024, el equipo de Unicef trabajó en el análisis de datos y puso en práctica diversas intervenciones, como talleres y espacios de diálogo, en base a los primeros resultados. Ahora, Unicef busca replicar la investigación en otras ciudades del país para recabar más información sobre las prácticas de crianza.
Una
investigación innovadora en el país y Latinoamérica
La
investigación impulsada por Unicef Argentina y realizada por el Centro para la
Evaluación de Políticas basadas en Evidencia (CEPE) de la Universidad Di Tella
utilizó diversas herramientas para obtener los resultados que se dieron a
conocer, como así también el análisis de los mismos.
El trabajo se distingue por un enfoque metodológico innovador que incluyó un diagnóstico inicial con referentes de la comunidad y la combinación de técnicas cualitativas y cuantitativas para comprender las prácticas de crianza desde la mirada de las familias y de los proveedores de servicios para la primera infancia, como jardines de infantes, centros de atención primaria de la salud y comedores comunitarios.
Así,
se realizó una encuesta representativa en 402 hogares de la zona norte de
Concepción del Uruguay, donde estudiantes de la Universidad Nacional de Entre
Ríos (UNER) relevaron información casa por casa como en un censo.
Los voluntarios pedían por la persona a cargo del cuidado y en más del 82% de los casos quien respondió la encuesta fue la madre, seguido de un 7% de los casos por la abuela o abuelo y un 7% por el padre.
Además, se emplearon métodos cualitativos para aportar mayor profundidad, como grupos focales y observaciones de interacciones entre niñas, niños y cuidadores.
Madres
y padres asisten a un taller de crianza de Unicef
“Lo novedoso es que se hizo una investigación en profundidad en un territorio focalizado y con la participación de la comunidad, desde el diagnóstico inicial hasta la formulación de los resultados”, destaca Lirman y remarca que se trata del primer estudio específico sobre prácticas de crianza en Argentina.
A su vez, la socióloga detalla que el trabajo fue innovador no solo por el uso de técnicas mixtas, sino también porque los resultados se analizaron combinando dos enfoques teóricos que tienen un desarrollo incipiente en nuestro país y Latinoamérica. Se trata del marco de Cambio Social y de Comportamiento, que permite identificar determinantes psicológicos, sociológicos y contextuales que pueden fomentar o dificultar cambios positivos, y el marco de Cuidado Cariñoso y Sensible, que proporciona un marco integral para comprender las prácticas de cuidado mínimas para un desarrollo infantil temprano adecuado.
Para
el recorte metodológico del estudio, Unicef seleccionó junto con el Municipio
de Concepción del Uruguay a los barrios de la zona norte, en línea con los
mapas locales de denuncias e intervenciones georreferenciadas en violencia de
género y en primera infancia.
“Cuando
comparamos los dos planos nos dimos cuenta de que eran idénticos. El área
manchada de rojo, la zona más caliente, era el norte. Eso nos muestra que el
chico o chica que está intervenido por el área de niñez tiene también a su
madre asistida por la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad”, explicó,
Marianela Marclay, secretaria de Desarrollo Social y Educación de la
Municipalidad de Concepción del Uruguay.
“También somos conscientes de que hay una parte de la población que no denuncia, que hay chicos que no tienen la posibilidad de llamar al 102, el teléfono de Niñez y Adolescencia que brinda atención las 24 horas.
Entonces
la investigación fue muy importante porque fuimos al barrio a buscar a esas
personas”, destaca Marclay y agrega que en el municipio tenían como “materia
pendiente el diagnóstico científico” de la situación en prácticas de crianza.
La zona norte es uno de los sectores donde viven mayor cantidad de chicas y chicos en situaciones de vulnerabilidad. Se compone de diferentes barrios y conjuntos de vivienda social construidos por el Estado para la erradicación de villas.
Según
advierte la funcionaria, en temas de primera infancia una de las problemáticas
más urgentes en el municipio es el aumento de la cantidad de niños que nacen
prematuros y con cocaína en sangre.
“Esto ya nos había pasado durante la pandemia de Covid y en el contexto de crisis económica y social actual volvemos a ese pico. Hoy la emergencia social pasa porque la gente no tiene para comer. Hace un año atrás, en Concepción, era impensado ver a un chico revolviendo la basura. Eso para nosotros es un paisaje totalmente nuevo”, apunta Marclay y atribuye el cambio al desmantelamiento de programas sociales por parte del Gobierno nacional y provincial.
Y concluyó: “La municipalidad tuvo que hacerse cargo de muchos programas, de comprar medicamentos, pagar tratamientos y un montón de otros gastos que antes no teníamos porque la Provincia y la Nación absorbían eso”.