En el contexto de la segunda ola de contagios de coronavirus, un medio nacional puso el foco en la situación de Entre Ríos: Las últimas medidas y el temor sanitario por la saturación del sistema de salud.
E
l coronavirus en Argentina se ha comportado de la misma
manera en el 2020 que en esta segunda ola de contagios que tiene el 2021.
Empieza concentrado en la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón del
conurbano. Luego se extiende a los otros dos cordones del AMBA. Una vez que
atraviesa esa barrera llega al interior bonaerense. Finalmente, se diversifica
por el interior del país, golpeando primero en las provincias del centro, como
es el caso de Entre Ríos.
El distrito que conduce el peronista Gustavo Bordet empezó a
recibir con más fuerza el impacto del rebrote de Covid-19. Cuando la curva de
casos logró un amesetamiento en el AMBA, empezó a subir lentamente en Entre
Ríos. La localidad más afectada es Paraná, donde, según el último informe del
ministerio de Salud local, quedan 13 camas en Terapia Intensiva.
La provincia tiene un promedio de 500 casos diarios y un
sistema sanitario que está tensionado. Es decir, que está sufriendo una presión
constante por la cantidad de internaciones que hay, sobre todo en las salas de
cuidados intensivos. A nivel provincial la ocupación de camas UTI está en un
73,53%. Quedan 71 camas disponibles. Para los intensivistas el margen es muy
poco teniendo en cuenta la velocidad en la que se están registrando los
contagios.
En diálogo con Infobae, Carina Reh, Secretaria de Salud de
Entre Ríos, explicó al detalle cómo es la situación actual. “El sistema de
salud provincial está trabajando bajo mucho estrés. La situación epidemiológica
es muy agresiva. Y en esta oportunidad hay más internados por otras
patologías”, sostuvo.
Lo que retrata Reh es un problema que están sufriendo en
todo el país. En el inicio de la pandemia todos los sistemas de salud del
interior del país fueron preparados para recibir pacientes con Covid-19. Se
suspendieron las intervenciones quirúrgicas programadas, se equiparon los
hospitales y se restringió la circulación, lo que generó una disminución
notable en los pacientes internados por lesiones ocasionadas en los accidentes
de tránsito.
Esta segunda ola impacta de lleno con un escenario
totalmente diferente. Las restricciones son mínimas comparadas con las que
existían el año pasado y el nivel de circulación es muy alto. En ese contexto,
los hospitales tienen menos disponibilidad para atender a pacientes con
coronavirus.
Detrás de ese costado sanitario hay una decisión política
que ha sido cuestionada por el gobierno nacional. Los gobernadores evitaron
tomar medidas en paralelo a las que indicó Alberto Fernández para el AMBA para
evitar pagar un costo político en sus provincias. La política y la salud están
entrelazadas en forma permanente. Mucho más a pocos meses de las elecciones.
La semana pasada Bordet decidió suspender las clases presenciales.
La reacción de la sociedad fue inmediata. Hubo manifestaciones en contra de la
medida en las ciudades principales. La decisión del gobierno local duró una
semana. El último lunes los chicos volvieron a las aulas. No es el primer
gobernador que prefiere mantener las escuelas abiertas más allá de que generen
mayor circulación en las calles.
Entre Ríos está dividido en cuatro regiones sanitarias. En
la Región I, donde está Paraná, Diamante, Victoria, Nogoyá y La Paz, el
porcentaje de ocupación de las camas de terapia intensiva es del 77,17%. En esa
región está concentrado la mayor disponibilidad de camas. El sistema de salud
tolera a los pacientes que viven en esa región y también a los de otras
ciudades que no están incluidas en ese marco sanitario que se generó para la
pandemia.
Otra de las regiones más afectada es la Región III, donde
están los departamentos de Concepción de Uruguay, Colón y Rosario del Tala.
Allí la ocupación de camas UTI alcanzan el 78,57%. En la Región II, que incluye
a Concordia, Feliciano, Federal, Federación San Salvador y Villaguay, la
ocupación de camas de cuidados intensivos es del 68,97%, mientras que la Región
IV, donde están los departamentos de Gualeguaychú, Gualeguay e Islas, la
ocupación es de 63,41%.
El impacto de la segunda ola puede verse también en la
ocupación de camas de terapia intensiva exclusiva de pacientes con Covid-19.
Hasta hace un mes ese tipo de pacientes ocupaban el 20% de las camas
disponibles. En la actualidad la ocupación está por encima del 50%. La mayoría
de los que ingresan a las terapias tienen entre 45 y 60 años.
“Estamos viendo pacientes muy jóvenes. La mayoría de ellos
sin comorbilidades, lo que aumenta la gravedad de los casos. Están entrando a
los cuidados intensivos más rápido que antes. La evolución de muchos pacientes
es desfavorable y el nivel de camas está al límite en forma permanente”,
explicó la secretaria de Salud entrerriana.
Frente a la complicación del sistema sanitario la semana
pasada el gobernador entrerriano le pidió al gobierno de Alberto Fernández más
respiradores. Siguió el mismo camino que su par de Santa Fe, Omar Perotti, que
visitó la Casa Rosada para pedir auxilio frente a un posible colapso sanitario.
En este caso, Bordet se llevó 9 respiradores de Balcarce 50.
Previo a ese pedido, el gobierno provincial había sumado 4
camas para cuidados intensivos y 12 camas para internar a pacientes con cuadros
moderados. En Entre Ríos creen que lo peor aún no llegó y con los casos
actuales ya tienen el sistema sanitario al límite. Conviven todos los días con
el temor al colapso.
“Estamos viendo una evolución agresiva de la enfermedad que
tiene que ver con las variables de la cepa. La velocidad de contagio es mucho
más rápido que la del año pasado. En nuestra provincia se identificaron estas
variantes de Manaos y Reino Unido”, aseguró Reh a este medio. El personal
sanitario está protagonizando una película de terror distinta a la del año
pasado, y lo padecen todos los días.
Además del impacto en el sistema sanitario, las autoridades
de Salud de la provincia asumen que la sociedad entrerriana aún no tomó real
dimensión del peligro de la segunda ola de coronavirus. Lo demuestran en el
comportamiento diario. Falta más cuidado.
Todas las semanas la situación epidemiológica se complica y
desde el ministerio de Salud hacen malabares, con traslados interregionales y
del sistema público al privado, para intentar cuidar a todos los enfermos. La
situación es crítica y muchos aún no se dieron cuenta. Mientras tantos las
camas de cuidados críticos empiezan a escasear.
Una de las políticas sanitarias que dio resultado en la
provincia fue la vacunación de adultos mayores en el inicio del plan de
vacunación. Decidieron vacunar a todos los adultos mayores que viven en las 300
residencias geriátricos que hay en Entre Ríos y en los 21 hospitales
geriátricas.
El coordinador General de la Unidad Ministerial de Programas
y Políticas de Salud para Personas Mayores, Esteban Sartore, se lo explicó a
Infobae. “Somos la tercera provincia con más cantidad de adultos mayores en la
población. La política nuestra fue empezar inmunizando a ellos. Fuimos a todas
las instituciones”, indicó.
“La segunda ola nos encuentra con todas las personas que
están en los geriátricos vacunadas. Son 4000 adultos mayores en las
instituciones. Así se evitó que haya brote en esos centros y se propague entre
la gente de mayor edad”, explicó el médico gerontólogo.
En lo que respecta a la vacunación, hasta última hora de
ayer Entre Ríos había recibido 353.301, de las cuales fueron aplicadas 261.019.
Al igual que todo el país, la mayoría recibió solo una dosis. Fueron 216.930
personas, mientras que 44.089 tiene las dos dosis aplicadas.
Desde que comenzó el operativo de vacunación se vacunaron
26.986 que forman parte del personal de Salud, 3.938 adultos mayores que viven
en geriátricos, 250 que están en hospitales monovalentes, 86.104 adultos
mayores de 70 años, 18.438 que forman parte del personal estratégico, entre
ellos docentes y fuerzas de seguridad, 69.815 de entre 60 y 69 años y 15.587 de
entre 18 y 59 años con factores de riesgo.
Durante el diálogo con Infobae, Reh describió lo que sienten
las autoridades de salud y muchos médicos con los que comparten el día a día,
cuando ven la falta de cuidados que hay en la sociedad entrerriana.
Fue una frase. Con cansancio en la voz, dijo: “Te da impotencia y te genera preocupación. Uno se repregunta si todo lo que hicimos hasta acá está bien hecho. También nos preguntamos qué más podemos hacer. Todos los días tratamos de que ningún paciente deje ser atendido. Así vivimos. Necesitamos el compromiso de todos”.