El miembro del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos salió de su casa en La Paz para pedir que bajen el volumen en un kiosco. Ante esto, un grupo de individuos lo golpearon y debió intervenir la Policía.
P
oco antes de las 2 de la madrugada de este domingo se
produjeron incidentes en un kiosco ubicado en calle Sáenz Peña y Belgrano de la
ciudad de La Paz, donde el vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la
provincia, Emilio Castrillón, habría ingresado pidiendo que bajen el volumen de
la música.
Frente a las versiones del hecho que lo ubican al vocal como quien provocó las agresiones con insultos y daños al lugar, este aclaró que el agredido fue él por cuatro individuos.
A su vez, su esposa, Natalia Céparo, manifestó a Análisis que ellos habían advertido horas antes de la música fuerte que molestaba a todos los vecinos (entre ellos la familia Castrillón, que vive pegado al kiosco), que llegaron a reunirse cerca de 300 personas en las inmediaciones y que después de ignorar los reclamos fue que bajó el vocal del STJ.
El comercio se ubica lindante al domicilio de Castrillón y la situación obligó a solicitar la presencia policial para calmar la agresión, por el alto nerviosismo y agresividad de los involucrados.
Una vez que los efectivos policiales lograron que el vocal
del STJ se retire a su domicilio, el fiscal en Turno, Facundo Barboza, dispuso
que se labre el acta de procedimiento policial y se de intervención a
Criminalística y Médico de Policía. Además, los agredidos efectuaron la
correspondiente denuncia policial por daños y amenazas, causa comunicada y
elevada a la Unidad Fiscal de La Paz.
Además, Céparo detalló que “al lado hay una cancha de paddel
y quienes terminan de jugar se reúnen en el kiosco a tomar, sentados en la
calle sin molestar a nadie. Pero todos los fines de semana hay problemas con el
kiosco porque son las tres o cuatro de la madrugada y sigue la música fuerte,
con lo cual no se puede dormir. Les llamo, les mando mensajes, les aviso que
voy a llamar a la Policía”.
Imágenes de las agresiones a Castrillón.
Agregó que este sábado “había más de 300 personas en el
kiosco, era una fiesta” y cuestionó que “había pasado la Municipalidad y no
hicieron nada”. Aseguró además que Castrillón no rompió ninguna botella” y
pidió “que se muestren las cámaras del lugar”.
“Como el lugar no tiene baño los que se juntan ahí hacen sus
necesidades en la puerta de nuestro garaje, por eso Castrillón fue a decirles
que bajen la música o los hacíamos clausurar. Y ahí el empleado saltó, lo
empujó haciendo caer las estanterías. Ellos pueden decir lo que quieran pero
acá el único que está lesionado es Castrillón porque era uno contra 300”,
denunció.
“No se podía estar en mi casa porque vibraban los vidrios.
Esto era sabido que iba a pasar porque todos los vecino tienen problemas con el
kiosco. Yo debería haber ido hace mucho a las Municipalidad para exigir que lo
clausuren, pero no lo hice porque no me gusta dejar a esa gente sin trabajo”.
Imágenes de las agresiones a Castrillón.
Afirmó además que “se llamó al fiscal Barboza que nunca se
presentó en el lugar, y estaba la gente de Tránsito que debería haber
clausurado el local, pero no lo hicieron”. “Estamos en una pandemia y había más
de 300 chicos no en una clandestina, en una de las calles más importantes de la
ciudad porque es una de las salidas de La Paz”, cuestionó.
“La policía se hizo presente porque yo los llamé, y me dijeron
que no podían hacer nada porque esperaban órdenes del fiscal. Hoy cuando mi
marido hizo la denuncia, el fiscal Barboza le dijo que había dado instrucciones
a la policía para que actúe”, acotó.
“Esto se podría haber evitado porque es un lugar que no debería vender bebidas alcohólicas a menores como lo hacen, deberían haber respetado los protocolos. Nosotros como familia no salimos porque nos cuidamos por la pandemia y tenemos 300 personas en la esquina de la casa, y además molestando”, sentenció.
Fuente: Análisis Digital