La edil paranaense Claudia Acevedo quiso sumarse a los repudios ante la confirmación del hallazgo del cadáver del joven presuntamente asesinado por la Policía Bonaerense. Pero quedó en evidencia su desconocimiento del tema.
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ías atrás se confirmó que el esqueleto que apareció el 15 de agosto en un cangrejal de Villarino Viejo, cerca de Bahía Blanca, Buenos Aires, es el de Facundo Astudillo Castro, el joven que se encontraba desaparecido desde abril y que se sospecha que pudo haber sido secuestrado y asesinado por la Policía Bonaerense.
La jueza federal María Gabriela Marrón confirmó la identificación en una audiencia remota que mantuvo con la madre del joven de 22 años, que salió de su casa el 30 de abril rumbo a Bahía Blanca pero nunca llegó a esa ciudad.
El hecho disparó repercusiones en la sociedad y ámbitos políticos, donde la oposición apuntó contra la Bonarense, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, e incluso el gobernador Axel Kicillof.
Una concejal entrerriana, Claudia Acevedo, de Paraná, intentó mostrarse solidaria ante la muerte del joven y repudiar la muerte por violencia institucional. La edil de Cambiemos, ex pareja del ex intendente paranaense condenado por narcotráfico, Sergio Varisco, lo hizo a través en Twitter.
Pero al referirse al joven le cambió el nombre y le puso "Fernando Astudillo". Después borró el tweet, pero varios usuarios de redes sociales ya habían registrado el furcio.
Las hipótesis de la causa
A partir de la identificación de Astudillo Castro, los interrogantes a responder tienen que ver con la data de la muerte y la forma en que ésta sucedió, siempre tomando como contexto el marco de un episodio de violencia institucional. De hecho, se aplicó el protocolo de Minnesota que corresponde a las muertes de personas en custodia de fuerzas policiales o de seguridad.
La causa tuvo una primera parte que transitó en la justicia provincial como averiguación de paradero, pero a partir de julio esa jurisdicción declinó su competencia y la denuncia por desaparición forzada que realizó la familia fue aceptada por la justicia federal. Sin embargo, la fiscalía a cargo de Santiago Ulpiano Martínez mantiene abierta la idea de que Facundo haya muerto por accidente y no a manos de la Policía Bonaerense.
"Hay dos personas que dicen que estaba tirado en la
ruta nacional, nadie se pone a tomar sol en una ruta. Eso dicen los testigos,
que llamaron a otra persona, que llamó al destacamento. Facundo estaba ahí, o
muerto o tirado, inconsciente, en la ruta, después de que lo agarraron le pegaron.
Y no sé si le siguieron pegando, pero ya tenemos el dato de que lo desapareció
la policía de la provincia", insistió este martes Leandro Aparicio, uno de
los dos abogados que representan a la madre de Facundo Astudillo Castro.
La versión policial sostiene, en cambio, que al joven de Pedro Luro lo pararon en Mayor Buratovich, le hicieron la infracción por violar la cuarentena y lo dejaron seguir su camino, que una oficial de civil lo acercó con su auto particular hasta Teniente Origone, donde lo volvió a parar otro policía que también permitió que continuara hacia su destino. Las inconsistencias de estos relatos fueron las que motivaron la intervención en primer lugar de la CPM, y más tarde de la Procuración de Violencia Institucional (Procuvin), Amnistía Internacional e incluso la CIDH y las Naciones Unidas.