El grupo empresario cerealero que será intervenido por y expropiado por el Estado acumula acreencias con productores, bancos privados y públicos. El Bersa espera cobrar 508 millones de pesos. La debacle financiera que traía la empresa.
E
l gobierno nacional de Alberto Fernández decidió intervenir e iniciar el proceso de expropiación del grupo empresario Vicentin, la principal firma del sector cerealero exportador del país que se declaró en quiebra, dejando deudas por miles de millones de pesos y dólares a acreedores extranjeros y locales.
Vicentin es dueño de Renova, el frigoríco Friar, Algodón Avellaneda y Arsa (dueña de la marca de yogures y postres que le compró a Sancor), entre otros negocios. Era el cuarto grupo más importante del mercado local de granos.
En diciembre de
2019 entró
en cesación de pagos. Antes anunció a sus acreedores que se encontraba en una
situación de "estrés financiero" que no le permitiría hacerle frente a sus
obligaciones.
El 24 de enero de este año la empresa presentó un acuerdo preventivo extrajudicial (APE). Ofrecía pagar a sus acreedores un 20% de la deuda, con un piso de u$s 30.000, dolarizarla al tipo de cambio publicado por el BNA el 4 de diciembre de 2019, sin quita, y pagar el resto en un máximo de ocho años.
La oferta no consiguió el aval de los acreedores y el 10 de febrero Vicentin solicitó su concurso preventivo. Reveló que contrajo una deuda que asciende a $99.345 millones.
Los acreedores de la cerealera son 2638 y más del 50% del pasivo corresponde al sector financiero, principalmente a la banca pública. El principal acreedor es el Banco de la Nación, al que le quedó debiendo $18.182 millones.
Entre los bancos a los que les debe se encuentra el de Entre Ríos (Nuevo Bersa), deuda que asciende a $ 508 millones. El banco entrerriano es propiedad del grupo argentino Eskenazi. Este lunes el gobierno de Gustavo Bordet convocó formalmente a licitación para prestar el servicio que desde hace 10 años tiene el Nuevo Bersa.
Además, Vicentin debe al Banco de la Provincia ($ 1814 millones), el Banco de Inversión y Comercio Exterior ($ 313 millones), el Banco Ciudad ($ 318 millones), el Banco Hipotecario ($ 752 millones), el Banco Macro ($ 653 millones), el, el Banco Itaú ($ 374 millones) y el Banco de Santa Fe ($ 372 millones).
Según publicó El Cronista, el 23% de la deuda total corresponde a deuda financiera con el sector bancario nacional (con más del 88% de esa deuda con la banca pública, encabezada por el Banco Nación con acreencias por más de $ 18.000 millones, lo que representa cerca del 80% de la deuda con el sector financiero local y el 18,3% de la deuda total denunciada por Vicentin).
Con los principales acreedores internacionales la suma asciende a $ 30.153 millones, con International Finance Corporation a la cabeza ($ 16.504 millones),seguido por Netherlandese Financerings ($ 9228 millones) y ING Bank NV – Tokyo Branch ($ 4420 millones).