La inflación experimentó en abril un súbito descenso. Fue del 1,5%, frente al 3,4% del mismo mes de 2019. Las cifras reflejan la paralización de la economía por la pandemia.
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a inflación experimentó en abril un súbito descenso. Fue del 1,5%, frente al 3,3% del mes anterior o al 3,4% registrado en el mismo mes de abril un año antes. La evolución de los precios reflejó la paralización económica a causa de la pandemia (el 20 de marzo se impuso a la ciudadanía un confinamiento estricto), y también el notable encarecimiento de los productos alimenticios, responsables casi únicos de la existencia de inflación.
Los datos de abril no suponen una mejoría en el cuadro macroeconómico de Argentina. Hay demasiada inflación para un país que lleva tres años en recesión y cuyo consumo se ha reducido a la subsistencia (sin viajes, ocio, restaurantes o comercios y con una circulación muy restringida durante el pasado mes), aunque podría haber sido mayor si la enorme masa de dinero emitida por el Banco Central se hubiera trasladado a los precios.
En el primer trimestre de 2020 se imprimieron más de 600.000 millones de pesos, lo que duplicó la base monetaria. Era el único recurso de un Gobierno sin acceso al crédito exterior (negocia contra el reloj con sus acreedores para evitar un default) y con un déficit fiscal galopante. El efecto deflacionario de la cuarentena y la “esterilización” de parte de ese dinero (mediante operaciones de divisas o depósitos en organismos estatales) evitan, de momento, que se desboque la inflación.
Sí se ha desbocado el tipo de cambio con el dólar. Aunque la cotización oficial se mantiene levemente por debajo de los 70 pesos por dólar, en el mercado libre (ahora ilegal) se pagaban el jueves hasta 138 pesos por dólar.
El llamado “dólar blue” casi duplica su valor frente al dólar oficial, como en 2014, durante el tramo final de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Debido a los controles de capitales y restricciones cambiarias, el mercado ilegal del dólar es actualmente muy reducido. Pero sigue sirviendo como el mejor indicador: quienes pueden comprar divisa estadounidense, lo hacen, por elevado que resulte el precio.
Dos razones explican la apuesta por el dólar. Por un lado, hay pesos abundantes y por tanto liquidez; por otro, el riesgo de que el viernes 22 de mayo fracasen definitivamente las negociaciones con los acreedores y Argentina caiga en su noveno default soberano hace más atractiva la inversión en moneda extranjera, publicó el diario El País.