E

l secretario de Comunicación y Prensa de la Presidencia argentina, Juan Pablo Biondi, que como tal encabeza la estrategia comunicacional del gobierno nacional en el marco de la emergencia sanitaria por el Covid-19, parece haberse cansado de las gentilezas a la hora de convocar a la población a cumplir la cuarentena obligatoria.

El "aislamiento social, preventivo y obligatorio" rige desde las 0 horas del viernes pasado. Lo decretó el presidente Alberto Fernández, luego de casi una semana de haber llamado a una cuarentena voluntaria de la población para impedir la circulación del coronavirus, que fue burlada por cientos de miles de ciudadanos, incluso muchos aprovechando la suspensión de actividades para irse en viaje turístico.

Biondi en el detrás de escena de la cadena nacional de Alberto por el coronavirus.

Aún con la vigencia del aislamiento obligatorio -cuyo cumplimiento es controlado hasta por las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales- las personas que circulan por las calles y las rutas sin estar incluidas en las excepciones previstas en el decreto se cuentan por decenas de miles.

En este contexto, el líder de la comunicación presidencial tuvo un exabrupto y advirtió que en la pelea contra el avance del Covid "no hay lugar para hijos de puta". Biondi se expresó en esos términos en las redes sociales y reclamó: "sean solidarios, seamos solidarios" porque "vienen tiempos difíciles".

Vienen tiempos difíciles, no hay lugar para hijos de puta!!! Sean solidarios, seamos solidarios!!! Vamos a salir UNIDOS #QuedateEnTuCasa

— Juan Pablo Biondi (@JuanPabloBiondi) March 25, 2020

El enojo del funcionario deriva de una situación que puede graficarse con cifras. Sabido es que hasta el momento el método más eficaz para "aplanar" -ante la franca imposibilidad de detener- la curva de crecimiento del virus en la población es el aislamiento social.

Sin embargo, desde el inicio de la medida más de 35.000 personas fueron detenidas, demoradas o notificadas formalmente por violar la cuarentena en todo el país. Sólo la Policía de Entre Ríos reportó, entre el viernes y este martes, 257 detenidos y 3.634 notificados.