El Consejo Empresario entrerriano estudió las cuentas del gobierno provincial y concluyó que se pasó del superávit en 2018 al déficit en 2019. Como causas señalan recesión, inflación e impuestos. Y vuelven a señalar salarios y jubilaciones.
U
n estudio del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) del Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER) concluyó que las cuentas públicas de la provincia de Entre Ríos cerraron
en 2019 con déficit primario y financiero y lo explica por "la recesión, la inflación
y la presión impositiva".
Según el CEER, el año pasado el gasto primario fue de 8
puntos porcentuales superior a lo recaudado, lo que convirtió al resultado
primario positivo en 2018 a negativo en 2019 por 5 mil millones de pesos,
alcanzando un déficit financiero de 8 mil millones de pesos.
Cabe recordar que el gobernador Gustavo Bordet, en su discurso ante la Asamblea Legislativa del 15 de febrero de inicio del período de sesiones ordinarias, instó a propender hacia la reducción del gasto en la gestión. Adelantó que va a instruir a sus funcionarios a "tomar medidas para bajar el gasto público improductivo y priorizar los sectores más postergados, más vulnerables de nuestra sociedad".
Para eso anunció que emitirá decretos "para reducir el
gasto político, para que no haya inequidades en cuanto a los sueldos de los
funcionarios públicos" y que "trabajaremos a fin de lograr nuevamente
equilibrio fiscal de la mano del gobierno nacional y de los municipios
planteando profundas políticas de austeridad y seriedad".
2019 cerró con déficit
Según el estudio del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del CEER, los ítems de gasto que más subieron fueron los salarios y las jubilaciones, y el de mayor caída en términos reales fue el de las inversiones públicas.
"Esto impactó negativamente sobre la competitividad provincial, ya que se crearon menos empresas, se deterioró el empleo formal y se redujeron los ingresos de los hogares, generando más pobreza", interpretó el CEER.
Según el IIES-CEER, los ingresos que más crecieron fueron los que provienen de la distribución automática de recursos nacionales, que se incrementaron un 48%, mientras que las transferencias discrecionales se redujeron un 14%. En tanto, los recursos tributarios y de seguridad social provinciales subieron entre un 44% y 48% respectivamente.
Bordet y el presidente del CEER, Héctor Fratoni.
La inflación interanual en el período fue del 54%, es decir que, los principales componentes de los ingresos públicos crecieron por debajo de la misma.
El CEER recuerda que el principal impuesto de la recaudación provincial es sobre
los Ingresos Brutos (IIBB). El directo, que es la recaudación sobre unidades
productivas de Entre Ríos por ventas en la provincia escaló un 45%, mientras
que el de convenio multilateral, que corresponde a ventas hechas por empresas
de otras provincias en Entre Ríos, subió un 36%.
En tanto, según los números del CEER en base a información de la Administración Tributaria de Entre Ríos (ATER), los impuestos que crecieron por encima de la inflación fueron el inmobiliario urbano, el rural y el automotor. El incremento se debió a la
devolución de cuotas correspondientes al ejercicio 2018, las cuales se habían
postergado por la emergencia agropecuaria y la actualización de los avalúos
fiscales anuales donde tuvo gran incidencia la devaluación de la moneda
nacional.
Los empresarios advirtieron que el 73% del gasto total "se destinó a conceptos rígidos, es
decir el pago de salarios, jubilaciones y coparticipación de municipios, que
representaron 43%, 21% y 9% del total de erogaciones públicas, respectivamente".
"Los salarios y la coparticipación aumentaron por debajo de la inflación (variación real anual -5% cada uno) pero por encima de los ingresos públicos (variación real anual -11%)", sintetiza el informe.
El gasto en jubilaciones subió
al mismo ritmo que la inflación, "lo que implica que el desequilibrio
previsional tendió a agravarse", observaron.
Finalmente, la entidad empresaria indicó que el gasto de capital es "el que más se resintió", ya que acrecentó un 21,3%, es decir 22% por debajo de la inflación, siendo el concepto más importante el de la inversión en obras de infraestructura, que se incrementó un 29,5% interanual, es decir -16% en términos reales.