La agresión al intendente de Paraná no mereció mención pública alguna de las principales autoridades del país. El repudio fue generalizado en Entre Ríos, pero el hecho no tuvo eco en Macri, ministros ni jefes nacionales del oficialismo.
E
l ataque contra el intendente de Paraná, Sergio Varisco (Cambiemos), ocurrido este martes encontró a la primera plana nacional de la coalición gobernante dedicada de lleno a la campaña electoral rumbo a las generales del 27 de octubre.
Mientras que en Entre Ríos el repudio y la solidaridad con el jefe comunal fueron extendidos en la dirigencia política de distintos partidos y estratos gubernamentales, a nivel nacional el hecho fue pasado por alto, quizás deliberadamente, ya que la noticia sí fue replicada en la mayoría de los medios capitalinos.
Varisco fue abordado este martes a las 16 en la puerta de su
casa por dos hombres y una mujer. Uno de ellos lo agredió mientras le
recriminaba presuntos compromisos laborales incumplidos. El intendente cayó al
piso y en el impacto se quebró la cadera, por lo cual será sometido a cirugía a
la brevedad. Mientras tanto, quedó internado en una clínica céntrica
paranaense.
Hacia la noche de este martes ya se habían conocido mensajes
en las redes sociales y comunicados de prensa que expresaban empatía con
Varisco que iban desde el gobernador Gustavo Bordet hasta el intendente electo
de Paraná, Adán Bahl, pasando por los bloques legislativos provinciales del PJ
y Cambiemos, diversos jefes comunales, concejales y dirigentes de variadas
extracciones.
Pero los mandamases de Cambiemos del país están enfrascados
por completo en la campaña y en los anuncios de gestión -a horas de que
comience la veda para hacer actos públicos que induzcan al voto, para lo que
tienen tiempo hasta miércoles- y parecen olvidados del paranaense.
En las redes sociales –el canal de comunicación sin dudas más
utilizado por los dirigentes en este tiempo- no se hicieron siquiera menciones,
por no decir expresiones de repudio, solidaridad o predisposición. Menos aún en
medios de comunicación tradicionales.
Sólo pueden verse actividades proselitistas y anuncios en las cuentas del presidente Mauricio Macri, la vicepresidente Gabriela Michetti, los ministros Germán Garavano (Justicia), Patricia Bullrich (Seguridad), Carolina Stanley (Desarrollo Social), o incluso Rogelio Frigerio (Interior), el referente de la mesa chica nacional de Cambiemos más allegado a Entre Ríos, cuyo silencio sobre el ataque a Varisco es el más resonante. El ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere, oriundo de Paraná, es otro de los que sorprenden con su inmutación ante la agresión y las amenazas al intendente de su ciudad.
Tampoco hay manifestaciones al respecto de líderes legislativos
como Elisa Carrió o Mario Negri en Diputados, o Luis Naidenoff en Senadores. Ni
de la UCR a nivel nacional ni mucho menos del PRO.
Divorcio político
A Varisco el gobierno nacional le soltó la mano al instante
mismo que su vínculo con la red de narcotráfico liderada por Daniel Celis fue tema
en medios nacionales. Patricia Bullrich y Elisa Carrió han repudiado
explícitamente las relaciones del paranaense con el mundo del hampa en
definiciones públicas.
El desarrollo por estos días en los Tribunales Federales de
la capital entrerriana del juicio contra el intendente y otros 30 procesados
por tráfico de estupefacientes no contribuye precisamente a un acercamiento. Y
el presidente Macri evitó deliberadamente el paso por el bastión electoral más
importante de la provincia con su “Marcha del Sí se Puede” para evitar a
Varisco. En la costa del Paraná el mandatario eligió la comarca menor en
términos de padrón, La Paz.
Más allá de todos los antecedentes del divorcio político entre
el intendente de Paraná y la Casa Rosada, la grave agresión física que el
paranaense sufrió en la tarde del martes, al menos hacia la noche de este
miércoles, no encuentra eco en la dirigencia nacional.