El diputado provincial, Alberto Rotman, presentó un pedido de informe dirigido al Poder Ejecutivo acerca del líquido que se consume en toda la ciudad por posibles riesgos para la salud. Ya advirtió por el agua del complejo turístico.
E
l diputado radical del bloque Cambiemos, Alberto Rotman, solicitó saber en un texto presentado en la Cámara y dirigido al poder Ejecutivo si el agua de red que consumen los habitantes de la ciudad de María Grande proviene del Acuífero Ituzaingó y de ser así, desde cuanto tiempo ocurre.
Rotman, oriundo de María Grande y "concordiense por adopción", como se define en su comunicado enviado a INFORME DIGITAL, preguntó también si en la ciudad se hacen los controles (análisis) físico químico del agua de consumo en forma periódica y si el Consejo Regulador de Uso de Fuentes de Agua (CO.R.U.F.A.) ha recibido de la municipalidad de María Grande, "alguna alerta sobre el exceso de arsénico en el agua que proviene del Acuífero Ituzaingó".
Asimismo pidió saber si el CO.R.U.F.A. tiene conocimiento del análisis físico químico del agua de consumo humano de dicha ciudad, realizado meses atrás a través de la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos, por solicitud de la Municipalidad, donde arroja cifra altas de arsénico y, finalmente, si el valor de arsénico detectado en el análisis anteriormente citado, de 55 ppb (partes por billón) es considerado dañino para la salud.
Rotman plantea tener en cuenta que la cifra que la Organización Mundial de Salud (OMS) establece como valor tolerable hasta 10 ppb de este elemento y en nuestro país el máximo permitido por el ANMAT para que el agua sea apto para el consumo es 0,01 mg/l o lo que es igual 10 ppb.
Diputado Alberto Rotman.
Al fundamentar su pedido de informe, el diputado señaló: "Según el Código Alimentario Argentino (CAA), toda agua que se destine al consumo humano, no deberá contener sustancias o cuerpos extraños de origen biológico, orgánico, inorgánico o radiactivo en tenores tales que la hagan peligrosa para la salud. Deberá presentar sabor agradable y ser prácticamente incolora, inodora, límpida y transparente".
El arsénico es una de las diez sustancias químicas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera más preocupantes para la salud pública. Este organismo fijó un límite recomendado para su concentración en el agua potable de 10 partes por billón (ppb) o lo que es igual 0,01 mg/l o 0,01 ppm (partes por millón) o 10 ug/l (microgramo por litro).
El consumo de agua con concentraciones mayores a estos valores produce una enfermedad llamada Hidroarsénicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) que se caracteriza por presentar lesiones en la piel que evolucionan hasta afectar el funcionamiento hepático, renal y respiratorio. Además, está comprobado que el arsénico puede ser cancerígeno.
Según el pedido de informe de Rotman, si bien los efectos tóxicos del arsénico afectan a personas de todas las edades, han podido identificarse como grupos más susceptibles a:
• Los niños: la dosis de arsénico será, en promedio, mayor que la de los adultos expuestos a concentraciones similares, ya que su ingesta de líquidos y alimentos es relativamente alta en comparación con su peso corporal, asociados a la exposición acumulada desde el periodo prenatal en bajas concentraciones;
• Mujeres embarazadas y en lactancia: especialmente vulnerables debido a los posibles efectos adversos del arsénico sobre la reproducción y el desarrollo;
• Individuos con estado nutricional deficitario: pueden tener una capacidad disminuida para metabolizar el arsénico;
• Individuos con enfermedades preexistentes (sobre todo renales y hepáticas): podrían ser más susceptibles a los efectos del Arsénico, debido a que estos órganos son responsables de la desintoxicación del Arsénico en el organismo. Se pueden reconocer cuatro etapas en el desarrollo del HACRE:
- Período Pre patogénico: las poblaciones están expuestas a concentraciones elevadas de arsénico inorgánico en el agua de consumo diario.
- Periodo Patogénico: síntomas clínicos más pronunciados y afectación de los órganos internos; desarrollo de tumores o cánceres, que afectan a piel u otros órganos.
"El tema del arsénico tiene que ser una política de Estado”, aseguró el radical y expresó que para llegar a ese punto, "hay que alertar a la población desde las escuelas, y forjar el compromiso de los gobiernos, los científicos, los políticos y las comunidades. ¿Desafío imposible? Lo parece, pero no tanto si el agua comienza a tomarse como lo que es: un derecho humano".
"Solicitamos la urgente contestación de este pedido de informes y que, de comprobarse, se realicen a través del Ejecutivo Provincial, las acciones necesarias para dar solución a este muy grave problema", concluyó el legislador.