E
l Gobierno nacional informó que culminaron con éxito las negociaciones comerciales y sanitarias llevadas a cabo en forma conjunta por el Ministerio de Agroindustria, la Cancillería y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ante las autoridades de Canadá tras las que se logró la apertura de ese país para carne y productos aviares argentinos. La novedad, además, es una muy buena para Entre Ríos, la principal provincia avícola del país. “Que los mercados internacionales sigan abriéndonos las puertas significa que Argentina está recuperando la confianza de compradores, por nuestro compromiso y calidad en los alimentos”, señaló el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y agregó que “esta apertura sanitaria del mercado canadiense es un resultado muy esperado por el sector productivo de carne aviar de nuestro país ya que ampliará el volumen de envíos con agregado de valor”. A partir de ahora, nuestro país debe enviar el listado de las empresas autorizadas y que manifiesten su interés en exportar a Canadá. Luego, el CFIA tendrá cuatro días hábiles para publicarlo en su página web y a partir de ese momento quedaría confirmado el listado de empresas habilitadas de manera oficial. Canadá importa unas 70.000 toneladas al año de este producto, siendo los principales abastecedores Estados Unidos, Tailandia y Brasil. Argentina es muy competitiva en este sector a nivel mundial, teniendo en cuenta su excelente estatus sanitario de libre de influenza aviar y enfermedad de Newcastle. La avicultura argentina, según datos oficiales, genera unos 100.000 puestos de trabajo y de éstos 50 por ciento son de Entre Ríos. Por su parte, la avicultura entrerriana tiene más de 6.500 galpones de crianza de pollos parrilleros, esto significa el 54 por ciento de las granjas del país, desde donde sale más del 60 por ciento de las exportaciones de carne aviar, consignó El Diario. Esta apertura –a pesar de que todavía no se tienen precisiones sobre toneladas a exportar– puede suministrar un poco de oxígeno al sector que desde hace algún tiempo viene denunciando, a través de sus entidades, una situación complicada por la pérdida de competitividad del país en los mercados internacionales. Costos de producción elevados, tipo de cambio estancado y fuerte presión fiscal, entre otros factores, pusieron a la cadena en un laberinto del que le es difícil salir.