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a canciller Susana Malcorra renunció a su cargo y será reemplazada por el actual embajador argentino en Francia, Jorge Faurie, que se desempeñó como vicecanciller de Carlos Ruckauf durante la presidencia de Eduardo Duhalde. El ascenso de Faurie es una jugada directa del canciller en las sombras de Macri, el asesor presidencial Fulvio Pompeo, que, como Furie, se formó cerca de Ruckauf. Pompeo era mencionado siempre como un posible relevo de Malcorra, pero es evidente que prefirió quedarse en la Casa Rosada y monitorear a través de su amigo la Cancillería. Faurie fue jefe de protocolo durante la gobernación de Ruckauf y cuando este asumió como canciller de Duhalde lo acompañó junto a Pompeo. "Me siento extremadamente honrado con esta designación del presidente Macri y orgulloso de suceder a Susana Malcorra", declaró el nuevo canciller a La Nación. "No tenía idea. Ha sido una auténtica sorpresa", confesó sobre la designación. La salida de Malcorra fue anunciada personalmente por Mauricio Macri, quien dijo que la renuncia es "por temas personales" y adelantó que se irá a vivir a España, donde reside su familia, versión que fue ratificada por la funcionaria en conferencia de prensa. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, en tanto, detalló que la canciller seguirá siendo parte del gobierno como asesora con rango de ministra. La situación de Malcorra era conocida en el Gobierno: su marido vive en España y tiene problemas de salud, que volvían muy difícil de llevar la vida a distancia de la ahora asesora nacional. Malcorra señaló que su designación como canciller "ha sido el máximo honor que he tenido como persona" e indicó que el Presidente le "pidió que arme un consejo asesor" y le solicitó que siga "participando" en las negociaciones con la OMC. Peña destacó la designación de Faurie, un diplomático de carrera que según el jefe de Gabinete ocupa "el primer lugar del ránking de los diplomáticos argentinos". Fue muy cercano al círculo de poder de Carlos Menem en los noventa, al punto que fue involucrado en una denuncia junto al secretario Privado, Ramón Hernández, publicó La Política Online. El escándalo se destapó durante el gobierno de Duhalde y alcanzó tal magnitud que Ruckauf se vio obligado a echarlo, luego que lo denunciara la Oficina Anticorrupción por el escándalo de las cuentas menemistas en Suiza. Ruckauf se vio obligado echarlo cuando quedó involucrado en el caso de las cuentas menemistas en Suiza y se descubrió que era socio de Ramón Hernández. En ese momento dijo que era para poner un restaurante mexicano. De hecho, el ahora canciller fue la primer víctima de ese escándalo cuando se supo que era socio de Ramón Hernández en Costes S.R.L., una sociedad que -adujeron- se creó para poner un restaurante mexicano en el salón Tattersall del Hipódromo de Palermo, privatizado por Menem. Faurie fue quien, como director de Ceremonial de la Cancillería, le renovó el pasaporte diplomático a su amigo y socio Hernández, a Zulemita y al propio ex presidente. Ese tipo de pasaportes permite pasar las aduanas sin control en los aeropuertos del mundo. Consultado el jefe de Gabinete durante la conferencia de prensa brindada en la Casa Rosada sobre dichos antecedentes del nuevo canciller, se limitó a contestar que el Gobierno "por supuesto que está al tanto" de las denuncias que arrastra Faurie.