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e la redacción de INFORME DIGITAL El locutor y productor de eventos concordiense Gustavo Alfonzo fue condenado a 10 años de prisión, que por ahora será de cumplimiento domiciliario, por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual. El condenado solicitó cumplir la condena en su casa por su carácter de diabético, por lo que los jueces se lo concedieron hasta que se sustancie una pericia médica que corrobore su estado de salud. Luego de ello podría ir a la cárcel, como lo pidió la Fiscalía. “Trata de personas con fines de explotación sexual en su modalidad de captación, acogimiento y traslado; agravado por el abuso de una situación de vulnerabilidad, por haberse consumado el acto sexual y por ser la víctima una menor de edad" es concretamente el cargo por el que se encontró culpable al proxeneta Alfonzo, a raíz de los hechos ocurridos en 2014 y que dieron base al juicio. Antes de conocer el adelanto de sentencia, el locutor pidió la palabra para pedir clemencia a los magistrados Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros y realizó una serie de declaraciones sorprendentes. “En la cárcel quisieron violarme”, reveló para justificar su pedido, además de catalogar su lugar de detención como una “pajarera en la que me tocó estar acá cinco días con 50º y un colchón en el suelo". Por otra parte, alegó: "necesito una oportunidad para rehacer mi vida, formar mi familia" e intentó poner en dudas el procedimiento mediante el que se lo juzgó: “desapareció un teléfono que yo llevé como prueba”, “a una chica le pagaron el pasaje y la mandaron a Concordia para que no viniera a declarar”, fueron algunas de las acusaciones. A su vez, se mostró esperanzando: “pasará el tiempo y volveré a estar al aire” en la radio, auguró. Su próxima acción, adelantó, será apelar la sentencia en el tribunal de Casación. La causa comenzó en octubre de 2014 cuando personal de la Comisaría del Menor de Concordia encontró en un departamento del publicista Gustavo Alfonzo a la adolescente que en el juicio se nombró como “S.”, luego de que su madre denunciara que llevaba 20 días sin conocer su paradero. Días antes de desaparecer, la joven comenzó a trabajar como promotora de un boliche y productora en el programa de radio de Alfonzo, quien según contó cuando la hallaron la “golpeaba, drogaba y la hacía prostituirse en fiestas con renombrados personajes de la política local y provincial”.