U
n ex empleado de la sucursal Urdinarrain del Banco Nación Argentina fue condenado a dos años de prisión condicional e inhabilitación especial para el ejercicio de la función pública por igual tiempo, por haberlo encontrado culpable del delito de Defraudación contra la administración pública. El comunicador Javier Vilaboa difundió la sentencia a través del Semanario La Región y ahora denunció en sede judicial que sufrió amenazas tras la publicación, y lo encuadra en la causa. El hecho fue cometido en julio de 2004. Los jueces entendieron que el procesado Carlos María Riolfo pergeñó una “maniobra delictiva” que perjudicó a dos ciudadanos que debían cancelar una deuda con la entidad. También hicieron lugar en forma parcial a la demanda parcial interpuesta por el Banco Nación Argentina y condenaron a Riolfo a pagarle al banco 23. 363,65 pesos, según publicó diario UNO. La noticia fue reproducida por Vilaboa, quien denunció que "a las pocas horas comencé a recibir presiones para 'levantar la nota', presiones que incluyeron llamados telefónicos, mensajes de texto y visitas a mi casa". "Si se quieren enojar con alguien", sugirió el comunicador, sin mencionar nombres o apellidos, "hagan una protesta a los denunciantes, al fiscal de la causa, a los tres jueces que dictaminaron, al abogado que lo patrocinó, a los ex compañeros de trabajo", y agregó que, incluso, "sin tener ningún tipo de obligación cedí el espacio para el descargo sobre algo juzgado". De hecho, Riolfo se manifestó tras la sentencia por el mismo medio que la publicó, y aseguró: “soy totalmente inocente de lo que se me acusa. No me quedé con ningún peso de nadie". Según consta en la causa dirimida en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, las irregularidades detectadas en la sucursal Urdinarrain fueron alrededor de un cheque judicial librado en el año 2004 en la quiebra de Carlos Butelli por 23.363,65 pesos y para ser aplicado a la deuda que ese cliente tenía con el banco. El cheque en cuestión se emitió a nombre del gerente de la sucursal, que en los papeles era Augusto Leiss, quien había sido trasladado como gerente a Gualeguay y en su lugar se había designado a Riolfo, quien no habría ejecutado la transferencia de los fondos al Banco.