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e la redacción de INFORME DIGITAL Un nuevo escándalo sacude a la Iglesia Católica a partir de una investigación periodística que reveló presuntos abusos y delitos cometidos en el seno de la institución en una localidad entrerriana. La revista Análisis publicó este jueves una nota de Daniel Enz con testimonios y datos que denuncian privación ilegítima de la libertad, torturas y castigos físicos en el convento de las Carmelitas Descalzas en Nogoyá. Las voces católicas que salieron a dar declaraciones en los medios dan cuenta de diversas posturas sobre el polémico caso que estalló en la opinión pública este jueves. Luego de horas de hermetismo, el arzobispo de Paraná Juan Alberto Puiggari dio declaraciones a una radio eclesiástica y cuestionó los allanamientos efectuados en el convento tras la publicación periodística. Puiggari: “se allana un convento como si fueran vendedores de droga” Alberto Puiggari dijo que “hay instancias de diálogo que son más pacíficas que un allanamiento. Ante la denuncia de una revista ya se allana un convento como si fueran vendedores de droga”, comparó. En diálogo con Radio Corazón, la autoridad eclesiástica de Paraná se reconoció “un poco perplejo por la noticia”. Respecto de la Justicia, Puiggari agregó que “podía ir el fiscal a tocar timbre y actuar de una manera más pacífica”. Respecto del contenido de la publicación, Puigarri conceptualizó: “la vida de las carmelitas es muy exigente. Ellas van libremente y viven una vida austera y de oración. Además rezan por la Iglesia y por el mundo. Si hay que corregir algo, se corregirá. Pero no hacer eso de manera sensacionalista. No me termina de cerrar por que fue hecho esto así”, apuntó. Sobre las prácticas de autoflagelación, sufrimiento y castigo físico, el arzobispo paranaense entendió que “es un reglamento, que se hace en todo el mundo. Fue aceptado por San Juan Pablo II”. Patat: “es la manera de la vida de disciplina” Sin dudas, las declaraciones más polémicas las dio el vocero del Arzobispado de Paraná, el cura Ignacio Patat, quien calificó como acciones “de disciplina” las reveladas este jueves. Sorpresivamente, el católico anticipó que “por ahí hablamos sin conocer o saber cómo funciona o cuál es el tratamiento del Monasterio”, y, ante la consulta sobre si se trata de “castigo”, respondió: “no, para el lenguaje social puede sonar que sí, pero en la regla interna de los monasterios carmelitas es la manera de la vida de disciplina”. “El Monasterio es de derecho pontificio, por lo tanto, si bien tiene jurisdicción en la Diócesis de Paraná, tiene dependencia directa de la Santa Sede, cuya regla y funcionamiento depende de las reglas aprobadas por la Santa Sede”, argumentó por otra parte, en cuanto a las responsabilidades eclesiásticas en juego. Asimismo, respecto de la autoflagelación contestó que “está permitido en las reglas carmelitas”, y, sobre el conocimiento del arzobispo Puiggari sobre estos episodios aseguró que existe, “por supuesto”, aunque “eso es de regulación pontificia y no diocesana. Y eso depende directamente de la Santa Sede”. Dumoulin: en la Iglesia las prácticas del silencio y el ocultamiento son normales” Otra postura adoptó el sacerdote de Paraná, en uso de licencia, José Dumoulín, quien reconoció que “sin tener una constatación o una versión oficial de los hechos, sin dudas era algo que se comentaba”. Además, consideró que “es lógico” que se hayan ocultado los supuestos tormentos porque en la Iglesia “las prácticas del silencio y el ocultamiento son normales” y “estos temas se tratan de disimular y esconder porque se cree que es normal y que está bien”. Dumoulín señaló como “totalmente obsoletas, absurdas y locas” las prácticas relatadas en la publicación, “que están en desuso actualmente y que siempre fueron aberrantes y no conducen a nada”. Además, publicó Análisis, el religioso aseguró que “incluso en la diócesis (de Paraná) hay curas que proponen a los laicos ese tipo de prácticas”.