E
n promedio, desde el campo a la góndola, el precio de 20 productos aumentó en abril 5,9 veces, reveló un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que utilizó datos aportados desde Entre Ríos entre otras provincias del país, pese a las medidas anunciadas a nivel nacional destinadas a favorecer a las economías regionales. Las diferencias entre lo que se le paga al productor por algunas frutas y verduras y lo que abona el consumidor en el supermercado encuentra explicaciones en la logísticas y en el transporte, pero también en la especulación y los abusos de los intermediarios y formadores de precios. El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) comenzó a realizarse en agosto por CAME como una herramienta para conocer las diferencias en el precio que se pagan por algunos productos alimentarios en el campo y en el mercado de consumo. Se trata de 20 alimentos medidos. De esa canasta, en abril, volvió a empeorar la brecha con respecto al mes anterior en un 5,4%. El precio promedio de los productos agrícolas del mes anterior se multiplicó 5,9 veces desde que salieron del campo hasta que llegan al consumidor. Como es sabido, desde que un alimento sale de la planta hasta que reposa en la góndola, ocurre un conjunto de distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el valor de origen de muchos alimentos. En el informe, según CAME, apuntaron a la especulación y al abuso de intermediarios. Los productos con mayores brechas en abril en Entre Ríos fueron la manzana roja, la pera, la naranja, el arroz, la calabaza y la cebolla. Por el contrario, los productos donde menos se multiplicaron los precios, según CAME, fueron el pimiento rojo, la frutilla, el tomate y el aceite de oliva. De los 20 alimentos agrícolas que integran la canasta de abril, en 10 aumentó el precio de origen, en 14 aumentó el precio de destino y en ocho mejoró la brecha entre ambos valores. Una de las conclusiones que habilita el estudio es que, a pesar de que en varias oportunidades fueron anunciadas medidas para diversas economías regionales, quienes más se ven perjudicados son los extremos de la cadena: el productor que recibe poco por su trabajo y el consumidor que debe pagar hasta seis veces más en promedio, consignó UNO.