D
e la redacción de INFORME DIGITAL La comunidad de Nogoyá se encuentra desconcertada ante una serie de incendios generados en distintos lugares, de diversas características, pero con un único hecho en común: la presencia de una señora 70 años que, según el misticismo local, influiría en la génesis de los siniestros. El debate alrededor de los acontecimientos ígneos nogoyaenses se da en torno a la casualidad o no de la ocurrencia de los incendios y ya ha congregado opiniones de bomberos, funcionarios policiales, sacerdotes y vecinos. “Nosotros para dejar tranquila a la familia decidimos darle intervención a Bomberos Zapadores de la ciudad de Paraná, porque ellos son peritos y podrán determinar qué fue lo ocurrido”, intentó sosegar a la imaginación popular Román Figueroa, Segundo Jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de Nogoyá. Los hechos registrados totalizan cinco, y cada uno que ocurre alimenta más el rumoreo sobre las características de la anciana en cuestión. Primero, el lunes de la semana pasada, se prendieron fuego simultáneamente distintos puntos de la vivienda de la mujer (un colchón, cortinas, trapos, entre otros). Este principio fue rápidamente sofocado por los bomberos nogoyaenses, pero una vez el personal había dejado el lugar, recibieron nuevamente un llamado. Esta vez, era una frazada que envolvía a la septuagenaria el menester que se había incinerado. El miércoles siguiente fue el turno de una vivienda ubicada en calle Moreno entre La Rioja y Mendoza de la localidad entrerriana, adonde familiares estaban albergando transitoriamente a la protagonista de la historia. En esta ocasión, el fuego habría consumido todo. Luego, durante el fin de semana y este lunes, se sucedieron más focos ígneos, de menor magnitud y fácilmente controlados, pero nuevamente con la mujer nogoyaense como protagonista central de los hechos. Uno, según testimonios no registrados con fidelidad, se habría desencadenado apenas la mujer ingresase a la vivienda de una de sus hijas, “envuelta en humo”, se detalló. Mientras la población acrecienta sus rumores, que sobrevuelan a la señora desde la semana pasada, y los medios de comunicación comienzan a hacerse eco, el personal especializado evita pronunciarse respecto de la naturaleza de los hechos. El bombero Figueroa desestima las versiones mágicas y se limita a expresar que desde la dotación “cumplimos con nuestro trabajo y no podemos dar detalles de lo ocurrido, porque no sabemos qué es lo que provocó el fuego”. Otra voz que se ubica como referencia ante la falta de elementos objetivos es la del cura Carlos Benavídez de la parroquia San Ramón, cercana al lugar de los acontecimientos. Pero el párroco se sumó a los intentos por calmar el apetito de misterio que generan los incendios: Benavidez rechaza las invitaciones a practicar un exorcismo a la mujer, alegando que todo se genera “en el exterior, no es algo interior”.