E
l presidente Mauricio Macri afrontará este miércoles el primer paro nacional en su contra. Será contra los despidos de empleados públicos y las limitaciones a las paritarias. La medida de fuerza, que incluye una marcha a la Plaza de Mayo y movilizaciones en todo el país, correrá por cuenta de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de las dos versiones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). En la capital entrerriana, la concentración será en la sede sindical de ATE, en Colón 59, para luego marchar hasta la Municipalidad y finalizar en Casa de Gobierno. También, otra columna partirá desde las Cinco Esquinas para converger con la anterior en la sede de la comuna. Oscar Muntes, secretario general de ATE en Entre Ríos señaló que "el primer acto se hará frente al municipio en repudio a los despidos, para que se reincorporen los trabajadores y se llame a paritaria para discutir salarios. Finalizaremos frente a Casa de Gobierno, donde vamos a plantear cuatro ejes fundamentales: paritarias urgentes sin techo, canasta básica, reincorporación de trabajadores despedidos y que se termine de criminalizar la protesta". Asimismo, indicó que "estamos muy entusiasmados porque nos comunicamos con representantes de distintos puntos de la provincia que han confirmado que se movilizarán. Es algo que hace muchos años no ocurría. Será una jornada muy importante, fundamentalmente para la clase trabajadora que está en busca de los derechos que hemos perdido. A partir de la masividad lograremos lo que nos proponemos", consignó El Once. A nivel nacional: debuta el protocolo antipiquete La medida de fuerza coincidirá con un empeoramiento de la relación entre el Ejecutivo y el sindicalismo peronista tras la marcha atrás en el compromiso de campaña de enviar al Congreso una reforma integral del Impuesto a las Ganancias con aplicación de las nuevas escalas a partir de este año. La respuesta llegará este jueves, con un almuerzo que compartirán los líderes de las tres CGT junto a legisladores de extracción gremial. Fuera de la previsible parálisis en buena parte de la administración pública nacional y de oficinas provinciales y municipales, la huelga de este miércoles podrá repercutir también en la actividad aerocomercial: la nacionalizada Aerolíneas Argentinas comunicó que la adhesión de los controladores aéreos podrá ocasionar demoras e incluso cancelaciones de vuelos durante la jornada. Pero además será el debut del denominado "protocolo antipiquete". Una negociación previa de ATE con el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, determinó que no sería necesario aplicarlo en vista de que el gremio no prevé cortar vías. Sin embargo, también habrá movilizaciones en el interior que podrían ponerlo en marcha. En el Ministerio de Seguridad agregaron otro factor a tener en cuenta: ni la ministra Patricia Bullrich ni su segundo, Eugenio Burzaco, estarán en la Argentina durante la protesta. Ambos viajaron ayer a Estados Unidos. Algunos informes de la Policía Federal que analizan en esa cartera dan cuenta de la posibilidad de que grupos inorgánicos -al parecer, exagentes de inteligencia desplazados por el actual Gobierno- intentaran provocar incidentes en algunas de las concentraciones previstas por los organizadores. El paro y las marchas tienen como eje la ola de cesantías, anulaciones de contratos y no renovaciones que dispuso el gobierno en la mayoría de su estructura administrativa. Los propios funcionarios admitieron que hubo sólo en la administración central al menos 6.200 despidos y que la cifra podrá elevarse a entre 24 y 25 mil una vez analizados todos los vínculos contractuales que fueron prorrogados hasta el 31 de marzo. Pero también se exigirá no ponerles límites a las paritarias en respuesta a la pauta sugerida por los funcionarios en línea con una inflación estimada, para 2016, del 20 al 25 por ciento.