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e la redacción de INFORME DIGITAL El 29 de noviembre de 2015 se conoció que un equipo de investigadores determinó que el celular Motorola de Alberto Nisman, cuyo número terminaba en 8692, tenía un troyano, un software que sirve para espiar a la distancia. El archivo ingresó por su cuenta de Yahoo con el nombre "estrictamente Secreto y Confidencial.pdf". El "código malicioso", como denominan al virus lo expertos, reportaba a una consola de control ubicada en el dominio "deyrep24.ddns.net". Tras un análisis de la direcciones de IP que se utilizaron para administrar esa consola, los investigadores se concentraron en una en particular, en la ciudad de Paraná (Entre Ríos). Ahora, según el periodista Daniel Santoro, de Clarín, la Justicia dispuso una serie de tareas de inteligencia sobre un proveedor de servicios informáticos de Paraná para determinar si fue el hacker que mandó un virus espía al teléfono celular del fiscal Nisman. “Las medidas de inteligencia dispuestas sobre el domicilio del vendedor fueron realizadas a fines de diciembre a través de un exhorto enviado al juez federal de turno de Paraná y con personal de la división Cibercrimen de la Policía Metropolitana”, detalla el periodista en un artículo que puede leerse en su versión completa en la sección “Entre Ríos en los medios nacionales”. Según Santoro, la justicia tiene el número de IP que un entrerriano compró a la empresa IPLAN Networks y que la jueza Fabiana Palmaghini quiere saber si trabaja para algún servicio de inteligencia o se lo dio a otra persona que podría ser el hacker que atacó a Nisman. La fiscal Fein (ahora apartada de la causa) había pedido el allanamiento de la casa de ese vendedor entrerriano pero la jueza se opuso por sus derechos a la privacidad e inviolabilidad de domicilio hasta que no se recolecten más pruebas sobre la eventual complicidad del vendedor con la maniobra de espionaje.