D
e la redacción de INFORME DIGITAL Jueces, fiscales, abogados defensores y otros actores del ámbito judicial, debatieron este jueves alrededor de las diferentes problemáticas “cotidianas” que se generan en el actual sistema penal. La presentación del libro “Por una agenda progresista para el Sistema Penal”, de la Asociación Pensamiento Penal, sirvió como disparador para la discusión del sistema acusatorio. La ponencia estuvo a cargo de Gabriel Vitale, profesor titular regular de Derecho (FTS, UNLP), especialista y máster en Derecho Penal, juez de Garantías en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora. El abogado Miguel Ángel Cullen, de la Asociación Pensamiento Penal, fue el encargado de de las palabras de presentación del panel: “Ojalá que podamos llevarnos de esta noche una visión progresista, que es lo que pretendemos. Sabemos que muchos tenemos disensos en el ejercicio de la profesión y la judicatura, pero siempre ha sido con el mayor de los respetos”, dijo ante los presentes. A su tiempo, el presidente del Colegio de Abogados seccional Paraná, Rubén Pagliotto, destacó que el libro hace un recorrido por “todas las tribulaciones cotidianas de quienes ejercitamos el derecho penal”. Tras celebrar la presencia de casi todos los actores del proceso en la sala, resaltó la posición que tomaron algunos fiscales y jueces entrerrianos en casos de gran trascendencia pública (Ver: Apostillas). Autocrítica en el Derecho Penal Luego, el juez de Garantías en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale se refirió al libro que vino a presentar a la provincia: “el libro tiene que ver con pensar el derecho penal desde una manera crítica, no negativa pero sí de una manera autocritica de las nuevas problemáticas que se van planteando en el siglo XXI”, explicó. En ese marco, puso de relieve que en la actualidad los actores del ámbito judicial –sean jueces, abogados o fiscales- no puede dejar pasar por alto manifestaciones sociales con reclamos hacia la justicia. Hizo alusión a la marcha nacional contra el femicidio que se realizó el miércoles. “En gran parte tiene un cuestionamiento hacia la justicia a la que pertenecemos y que nos posiciona en un lugar de repensarnos como operadores judiciales a los efectos de entender si tenemos el posicionamiento correcto o la discusión interna realizada para dar respuesta a la sociedad”, reflexionó Vitale. “El libro habla de este situación, y posicionamiento que tenemos que tener como operadores judiciales a los efectos de poder entablar vasos comunícatenos entre los diferentes actores”, acotó el magistrado, quien al analizar el sistema penal acusatorio hizo hincapié a la relación entre jueces de Garantías, fiscales y defensores –entre otros- durante el proceso. En ese sentido, resaltó un punto que siempre aparece en las discusiones internas en el Poder Judicial: la denominada “igualdad de armas” que plantea el sistema acusatorio entre fiscales y defensores. Más tarde, el especialista en derecho penal destacó que el sistema acusatorio significó “una ruptura cultural a lo que era el sistema inquisitivo”. “La principal ruptura que hace es la del poder punitivo del Estado en relación a la persecución”, añadió, al tiempo que remarcó que en la actualidad es fundamental la palabra de la víctima en los nuevos procesos penales del siglo XXI. “La voz de la victima tiene un rol esencial para poder firmar un juicio abreviado o no; o de poder prestar su consentimiento efectivo para una supresión de un juicio a prueba o no, más allá de la reparación del daño”, señaló Vitale. Apostillas En el salón España del Gran Hotel Paraná, donde se presentó el libro, se vieron escenas que tal vez en el mundo judicial es habitual encontrar, pero que pocas veces se dan en simultáneo: fiscales junto a abogados defensores que en muchas ocasiones se han cruzado en juicios; jueces con visiones diferentes en casos de gran impacto social; y abogados que en varias ocasiones cruzaron palabras por diferencias políticas. Así, en la sala se pudo ver en primera fila al fiscal general del Tribunal Oral Federal de Paraná, José Ignacio Candioti; al presidente del Colegio de Abogados seccional Paraná, Rubén Pagliotto y el juez del Tribunal de Juicios y Apelaciones, Pablo Vírgala. El veterano abogado penalista de Paraná, Marciano Martínez, siguió atentamente el debate unos asientos detrás. Mulet y Barrandeguy, juntos Al plantel anteriormente mencionado lo completaban, en los primeros asientos, el abogado Guillermo Mulet y el ex diputado nacional Raúl Barrandeguy. Ambos letrados tuvieron memorables cruces en el pasado: uno por cuestionar el poder del kirchnerismo y el segundo por defenderlo. Incluso los separa el resonante caso del “ex jardinero K” Ricardo Barreiro, defendido de Barrandeguy en una denuncia que inició Mulet. La marca Ilarraz en la Sala En tanto, detrás del salón se ubicaron cuatro personalidades de la justicia entrerriana que los une una causa sensible: los jueces Hugo Daniel Perotti, Ricardo Bonazzola y el vocal del Superior Tribunal de Justicia, Daniel Carubia. Todos tienen en común haber votado a favor de la prescripción de la causa Ilarraz en diferentes instancias. Cerca de los magistrados se sentó la jueza de Transición Número 2, Susana María Paola Firpo (que tiene la causa del cura acusado de abusos). Cabe señalar que en representación del Jefe de Policía de Entre Ríos, Héctor Massuh, estuvo el Comisario general Edgardo Enrique Dreise, quien sólo se limitó a escuchar en silencio el debate. Pagliotto destacó el alegato de Candioti y el voto de Carubia El abogado penalista Rubén Pagliotto sobresalió entre los presentes al inició del panel, al destacar el alegato del fiscal Candioti en la causa contra los asambleístas de Gualeguaychúl. En pocas palabras la definió como “una pieza jurídica digna de encomio” y valoró el hecho de que no los haya acusado. Seguidamente agradeció la presencia de Raúl Barrandeguy, de quien dijo que aprendió “el arte de escribir bien en Derecho”. Luego, el letrado abrió un paréntesis para resaltar especialmente el “voto valiente”, a favor de la prescripción de la causa Ilarraz, que hizo el vocal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, Daniel Carubia. Para Pagliotto, Carubia “ha hecho un voto digno de encomio” y cuya argumentación se convierte en “casi un mini tratado de derecho procesal, en el remanido tema que no es de Proceso sino que es de fondo, en la famosa cuestión de la prescripción”. “Hace un recorrido enorme, muy enjundioso y valiente. Es un voto quizás políticamente incorrecto frente a una sociedad que, por desesperación, muchas veces termina presionando al Poder Judicial”, concluyó Pagliotto.