E
l Tribunal rechazó el pedido hecho por el gobernador Sergio Urribarri de testimoniar por escrito, tras declarar inconstitucional el artículo 294 del Código Procesal Penal, que establece esa prerrogativa para los casos de “testigos especiales”. En su lugar, enviará un oficio al mandatario para que opte entre declarar por el sistema de videoconferencia, como había sido su intención en un primer momento, o de lo contrario en su despacho de Paraná o en su residencia particular en Concordia. En estos dos últimos casos, el Tribunal debería constituirse especialmente en estos lugares. Estaba previsto en un primer momento que Urribarri se presente este jueves por la tarde a declarar por videoconferencia, pero manifestó que por razones de agenda le era imposible. Tras un oficio remitido vía exhorto por el Tribunal, el mandatario respondió por escrito que haría uso de la opción de testimoniar por escrito. El tema fue sometido a debate y, finalmente, los jueces que componen el cuerpo que juzga la causa por sedición, integrado por Jorge Barbagelata Xavier (presidente); Silvina Isabel Gallo y Darío Perroud, siguieron la línea de razonamiento de las defensas, que alegaron que esta prerrogativa vulneraba derechos de defensa y los principios del sistema acusatorio, y no hicieron lugar a los planteos de Fiscalía, que apuntaban a mantener el respeto entre los poderes del Estado y aseguraban que la respuesta por escrito no vulneraba ningún derecho concreto de defensa de los imputados. El Gobernador tendrá 48 horas desde la notificación de esta resolución para resolver qué alternativa de las propuestas por el Tribunal elige. Testimonio de Bahl Durante más de dos horas y media, el ministro de Gobierno Adán Bahl declaró mediante el sistema de videoconferencia. En su exposición, puso de manifiesto que días antes de que se produjera el alzamiento policial, concretado entre el 8 y el 9 de diciembre de 2013, el Gobierno ya tenía dispuesto un incremento de haberes para el escalafón seguridad, que rondaba el 30 por ciento. El reclamo salarial era el principal argumento que se esgrimió durante la asonada. Asimismo, detalló que tomó conocimiento de los hechos que se estaban produciendo en esta ciudad durante la tardenoche del domingo y que de inmediato convocó a una reunión al jefe Massuh y al ministro de Comunicación, Pedro Báez, con quienes analizó la situación. Ante la falta de datos confiables de lo que pasaba en la capital del citrus, decidió trasladarse junto con Massuh hasta el lugar de los hechos. En el viaje, recibió una advertencia de un periodista: “No vengas, porque ponés en peligro tu vida”. Pese a los riesgos, decidió hacerse presente en la Jefatura, que estaba bajo el control de los insubordinados desde hacia varias horas. Allí fue recibido por el subjefe de la Policía, Juan Ramón Rosatelli. Decidieron que Massuh no ingrese, dado que su integridad física podría correr peligro ya que en el interior de Jefatura había uniformados que habían recibido sanciones importantes de mano del Jefe de la Policía Rosatelli y Bahl intentaron, infructuosamente, hablar con los integrantes de la fuerza y familiares que se agolparon en el salón de actos de Jefatura durante la madrugada del lunes 9. Según puntualizó, no pudo explicar la propuesta salarial que ya estaba definida desde el día 6 de diciembre, y que en lo particular consideraba "muy buena", debido al clima hostil y a las constantes interrupciones y agresiones verbales que recibía. Detalló que, constantemente, le endilgaban responsabilidad en un número mayor de muertos de los que realmente existían, que se producían por los saqueos y la conmoción social. Narró también que, prácticamente, tuvo que huir del lugar debido al clima que se había generado. Además, detalló que hubo tres instancias de negociación durante la tardenoche del lunes 9 de diciembre. La primera fue en la zona de las termas de Concordia, donde actuó como facilitador el gremialista Alejandro Camejo; la segunda y la tercera se dieron en la sede de calle Cadario de la Cafesg. Un punto alto de su testimonial fue cuando dijo que el Gobernador tomó la decisión de recibir a los policías en persona luego de una advertencia del Padre Zavaleta, capellán policial. “Me dice que si no les damos los 10 mil pesos de aumento a los policías, va a haber una matanza. La respuesta del Gobernador fue 'Yo los voy a atender, sé que no los tengo que atender, pero los voy a atender.” El Ministro describió la situación personal de Urribarri como “extorsionado, preocupado, tensionado”. Asimismo, dijo que el desalojo por la fuerza de la Jefatura fue una opción que se barajó, pero que se descartó. “Iba a confrontar a gente armada con el personal que estaba armado también, y esto podía terminar en cualquier cosas, queríamos evitar el enfrentamiento de policías con policías”, precisó. Según publicó Apf, Bahl apuntó que no firmó el acta que se preparó durante la noche del lunes, y que permitió dar por concluido el conflicto y que se retomase el servicio de seguridad en la ciudad, dado que sabía que no tenía validez ya que no se había confeccionado con las formalidades y recaudos legales y administrativos pertinentes. Sin embargo, aseveró que la medida fue acertada. “Lo que había que hacer era buscar una solución para que la policía salga a la calle y controle la situación y no tengamos que lamentar pérdidas de vidas humanas”, estimó.