L
uego de una semana de mirar los videos de la autopsia y del lugar del hallazgo, junto a 1400 fotos tomadas por forenses e investigadores, una docena de peritos médicos iniciaran finalmente el debate sobre una agenda de 24 puntos controversiales pedidos por la fiscalía. Uno de los temas centrales a determinar por la junta médica es el horario de muerte, que por la rigidez del cuerpo los forenses que recibieron el cuerpo para la autopsia establecieron entre media mañana y mediodía del domingo 18, mientras que para los peritos designados por la querellante juez de San Isidro, Sandro Arroyo Salgado, había ocurrido en la noche del sábado 17. Los peritos que vieron fotos y videos se detuvieron en verificar los indicios del espasmo cadavérico en mano derecha de Nisman, que también sería demostrativo del suicidio. La reunión en el Cuerpo Médico Forense transcurrirá con el telón de fondo de la última pericia criminalística realizadas hace diez días en el baño donde Nisman apareció muerto con un tiro en la cabeza y también de las pericias informáticas que revelaron que su computadora personal fue abierta en la mañana de mismo día desde su propio dispositivo. En la primera, el hallazgo de nuevas manchas de sangre en el interior habrían dejado en claro que la puerta estaba cerrada, tal como aseveró haberla visto la madre del fiscal, Sara Garfunkel, al ingresar al departamento. Se trata de un dato decisivo en la hipótesis de que Nisman se suicidó ya que, aunque será reevaluada este martes en la reunión de conclusiones de los criminalistas, derrumba la teoría de las presencia de otra persona en el baño, un matador, que sostenían los peritos designados por Arroyo Salgado. La pericia informática mejora también la situación del informático Diego Lagomarsino, quien le prestó a Nisman el arma con que se disparó el tiro que le dio muerte y que, según los peritos de la querella, se encontraba con Nisman al momento de su muerte y luego la habría abierto desde un punto remoto para crear su coartada. Otras constataciones técnicas de un primer momento revelaron que en el cuerpo del fiscal no había de marcas defensivas y el único ADN encontrado en su ropa y la pistola era el propios, así como la posición del cuerpo caído sobre la puerta. A la junta médica se incorporarán finalmente los forenses de la querella, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, que no participaron de las reuniones de la última semana con nueve forenses oficiales y el representante de Lagomarisno, Mariano Castex, aduciendo que ya las habían visto para elaborar su informe. En base a ese estudio y sin que hubieran concluido las restante pericias, la jueza de San Isidro sostuvo a comienzos de marzo que la muerte de su ex pareja era “un magnicidio”, una hipótesis que pasará en los próximos días por el tamiz del debate científico. Cuando este trabajo crucial comience, también entrará en escena en la causa Elisa Carrió, quien prometió aportar en su testimonial pedida “datos del contexto internacional” de la muerte del fiscal de la causa Amia, en una intervención que se descuenta tendrá contenido político más que probatorio. En cualquier caso, según publicó Télam, os resultados de esta semana más los últimos peritajes de la cámaras del edificio Le Parc permitirán a la fiscal ir cerrando sus dudas y en cuestión de días es posible que la actual carátula de “muerte dudosa” tenga ya una calificación definitiva, al menos para esta etapa del proceso.