C
omo es habitual, el organismo oficial de estadística informó que la venta por unidades en supermercados durante marzo aumentó 7,2% interanual y en los centros de compras creció 10,7%, pese a que en ambos casos exhibieron un menor ritmo de crecimiento con relación a los meses anteriores más intenso que el que acusaron todos los índices de inflación. Para poder mostrar semejantes tasas de expansión del consumo de las familias, el Indec no sólo ajustó los datos de facturación nominal por la inflación oficial, que para el caso del conjunto de bienes que despachan esas cadenas comerciales fue 18,3% y 12,8%, respectivamente, alineada con la suba de los precios al consumidor nacional urbana de 16,5 por ciento. Pero el resultado real cambia sustancialmente si la conversión a precios constantes se hace con la denominada inflación Congreso que para los últimos doce meses fue de 29,8 por ciento. Con ese parámetro surge que la demanda real en los supermercados se contrajo 2,7%, y en los centros de compras más aún: 6,7 por ciento. Sin embargo, adicionalmente gravita otro factor que incide mes a mes en el resultado del comportamiento de los consumidores, como es la ampliación del relevamiento de información de ventas que hace el Indec, ya que en el caso de las grandes cadenas de consumo masivo elevó la cantidad de informantes de 2.075 a 2.192 establecimientos, esto es, en 5,6%. Por tanto, las operaciones promedio por boca habrían caído 7,8%. Semejante receso aparece congruente con la disminución del personal ocupado por local en 5,5%, de casi 49 personas a 46, entre marzo de 2014 a igual tramo del corriente año. Del mismo modo, en lo referente a los centros de compra, el aumento de las fuentes de consulta se incrementó en 85 locales, de 2.688 a 2.773, un 3,2%. De ahí que la facturación agregada obtenida, ajustada por la inflación real y la ampliación de la muestra, fue inferior en términos reales en 9,6% promedio por punto de venta. El receso del consumo global se manifiesta por tanto no sólo en la brusca desaceleración de las tasas de aumento nominal de las ventas, porque en ambos casos, en comparación con un año antes, la atenuación del aumento fue más marcada que cualquier medición de inflación, oficial o privada, sino también en el desempeño del cobro del IVA por parte de la AFIP, así como en los indicadores anticipados de producción industrial y movimiento de cargas que releva el Indec. En perspectiva, algunos economistas esperan un resurgir del consumo, Es es caso de Maías Carugati, de la consultora Management & FIT, que en diálogo con InfobaeTV estimó que "tras la caída del consumo en 2014, las expectativas podrían comenzar a cambiar por tres cuestiones: 1) se está a las puertas de las negociaciones en paritarias que darían lugar a salarios nuevos que se combinaría con una inflación que se está moderando; 2) el pesimismo sobre el futuro económico en corto plazo está cayendo y 3) el Gobierno quiere llegar a las elecciones con una economía más solidificada y está trabajando en medidas como el SUBE Beneficios y Ahora 12, para que las familias gasten hoy cualquier tipo de ingreso que puedan recibir".