M

iguel Torrealday deberá comparecer el próximo viernes 27 de marzo ante el juez federal Leandro Ríos, acusado por el encubrimiento de la sustracción y como partícipe necesario de la sustitución de identidad en el caso del hermano mellizo de Sabrina Gullino, que todavía se encuentra desaparecido. El médico debe explicar por qué atendió en su clínica privada a un bebé sin nombre, proveniente del Hospital Militar, y no dio aviso a las autoridades ni a un juez de menores. Tal vez sea una casualidad. Pero la fecha coincide con el día en que los mellizos fueron dados de alta de la clínica privada que dirigía Torrealday en 1978. El próximo viernes el médico deberá enfrentar también a militantes de derechos humanos, dibujantes, diseñadores y humoristas gráficos que estarán realizando una intervención artística frente a los tribunales federales, en un acto denominado “Líneas hacia el Melli. Dibujando x la Identidad”, del que también participará Sabrina Gullino. Miguel Alberto Torrealday La indagatoria del médico, consigna El Diario, había sido solicitada en los primeros días de octubre del año pasado por los querellantes y unas semanas después también por los fiscales, a partir de los testimonios vertidos por médicos y enfermeras en el juicio celebrado en 2011. Allí se probó que los mellizos nacieron en el Hospital Militar y que, tras pasar unas horas en terapia intensiva, fueron trasladados al Instituto Privado de Pediatría (IPP), para que sean atendidos por supuestos problemas respiratorios y cardíacos. Torrealday era uno de los directores del IPP y en el juicio fue señalado por los médicos y enfermeras de la clínica como quien tenía mayor preeminencia en las decisiones que se tomaban en la sala de neonatología, donde permanecieron los bebés hasta que fueron dados de alta. Por eso la acusación no alcanza a los otros socios, David Vainstub, Ángel Schroeder (fallecido) y Jorge Eduardo Rossi. Lo cierto es que si bien los médicos coincidieron en que no había una división formal de tareas y atribuciones, en los hechos Torrealday asumía el rol de jefe de neonatología. “El que tenía el rol de autoridad era Torrealday”, coincidieron Vainstub y Schroeder en el juicio. “Las decisiones se tomaban entre los cuatro, pero generalmente Torrealday era el que tenía más preeminencia”, agregó este último. Esto también fue reconocido en la sentencia dictada por el Tribunal Oral Federal de Paraná. El 21 de octubre de 2011 fueron condenados los ex militares Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong y Walter Salvador Dionisio Pagano, y el médico Juan Antonio Zaccaría, que era jefe de terapia intensiva del Hospital Militar. Recibieron penas de entre 5 y 14 años de prisión por la sustracción y sustitución de identidad de los mellizos. Otro ex militar, Héctor Marino González, fue absuelto, aunque la medida fue recurrida y está para ser revisada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Secuestro y después Raquel Negro y Tucho Valenzuela fueron secuestrados el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata y trasladados a la Quinta de Funes, un centro clandestino de detención que los militares habían montado en las afueras de Rosario. Con ellos estaba Sebastián, el hijo de Raquel, que tenía un año y ocho meses; y ella estaba embarazada. Cuando se aproximaba la fecha de parto, Raquel fue internada en el Hospital Militar de Paraná con el nombre de “María Amarilla” y como sobrina de Leopoldo Fortunato Galtieri. Habría dado a luz el 3 de marzo y el parto fue atendido por médicos que no pertenecían al nosocomio, según refirió una enfermera. Tras el alumbramiento del varón, la madre lo arropó durante unos instantes hasta que unos hombres se lo llevaron; luego nació la nena. Enseguida los mellizos fueron internados como NN en la sala de terapia intensiva, porque supuestamente presentaban problemas respiratorios y cardíacos, y luego fueron derivados al IPP, adonde la nena ingresó el 4 de marzo y el varón el 10 de marzo, desconociéndose dónde estuvo en esos días. Ambos egresaron el 27 de marzo. La nena, Sabrina, fue dejada esa misma noche en el Hogar del Huérfano, un convento ubicado en las afueras de Rosario, y luego dada en adopción legal. Recuperó su identidad en diciembre de 2008. El varón continúa desaparecido. En estos años los represores sostuvieron la versión de que el varón había fallecido e inclusive así lo manifestaron también los médicos que los atendieron en el Hospital Militar. Pero las enfermeras dicen haber atendido a ambos y en los libros del IPP se consignó que los dos fueron dados de alta en la misma fecha. Y de la investigación surgió otro dato sobre la relación entre ambas instituciones: que los servicios de atención e internación de los mellizos en la clínica privada fueron abonados por el Hospital Militar. Ayer, conocida la noticia de la imputación a Torrealday, Sabrina dijo que la medida dispuesta por el juez era “acertada” y “necesaria”, y la ubicó como en el marco de “una serie de avances que se han producido en otras jurisdicciones del país donde se empezó a investigar a los responsables civiles de los delitos cometidos durante la dictadura, especialmente los de robos de bebés y sustitución de identidad”. Evasivas En el año 2000, Torrealday se entrevistó con la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y con Alicia Dasso. Los tres revisaron los libros de administración en los que estaban consignados los ingresos y egresos de pacientes y el origen en los casos de aquellos que llegaban derivados de otros centros asistenciales. Allí consta el ingreso de la nena como “López, Soledad”, el 4 de marzo, y el varón como “López, NN”, el 10 de marzo, ambos procedentes del Hospital Militar, y su egreso, el 27 de marzo. Torrealday declaró dos veces en el juicio por robo de bebés y tuvo un marcado interés en dejar explicitado que desconocía que los chicos hubieran nacido en cautiverio, pero apeló a evasivas y respuestas largas e imprecisas cada vez que se le preguntaba por momentos y nombres clave para recrear la historia del niño desaparecido. “Es la pregunta del millón”, contestó el médico cuando le preguntaron quién atendió a los mellizos mientras estuvieron internados en el IPP. Tampoco pudo echar luz sobre por qué había un bebé registrado en el libro de ingreso como NN y dijo que “la identidad figuraba en la historia clínica”, pero que esos documentos estaban archivados en un sótano de la clínica que se inundó y, por lo tanto, se destruyeron. Las enfermeras del IPP también confirmaron que los bebés permanecieron internados en la sala de neonatología y que al menos una de las incubadoras o cunas, la que ocupaba el varón, tenía un cartel con la leyenda “NN”. Cuando una de ellas le preguntó a Torrealday por esa circunstancia, el médico “primero no quiso contestar” y después lo hizo con evasivas que ella interpretó como “una respuesta medio confusa con la que me quiso conformar”, según sus dichos ante el Tribunal Oral Federal. Esos testimonios conforman la base de la acusación contra Torrealday, que en una semana deberá dar explicaciones.